LITERATURA BRASILEIRA
Textos literários em meio eletrônico
Hay amigo para amigo, de Manuel Botelho de Oliveira
Edição de referência:
Música do Parnasso. Pref. e org. do texto por Antenor Nascentes. 2vol.
Rio de Janeiro: INL, 1953.
AMOR, ENGAÑOS, Y CELOS
COMEDIA NUEVA
HABLAN EN ELLA
El Duque de Mantua Violante, hermana del Duque
Carlos Farnesio Margarita, su prima
Enrique Gonzaga Clavela, criada de Violante
Fabio, criado del Duque Celia, criada de Margarita
Soldados Dinero, gracioso
JORNADA PRIMERA
Salen de noche el Duque, y Fabio acuchillando a Carlos
Duque Descúbrete, villano, o vive el Cielo
Que tus rojos corales beba el suelo.
Carl. Dime quién eres, o dirá tu muerte
Esta lengua que ves, de acero fuerte.
Duque Muere traidor, y acabe tu osadía.
Carl. El Duque es quien me sigue, ¡ suerte impía! ap.
Duque Carlos es con quien lidio, ¡ suerte ex-traña! ap.
Arrodíllase Carlos a los pies del Duque
Carl. Si tu furor te engaña,
Aquí tienes mí espada, y satisfecho,
Si piensas la traición, rómpeme el pecho:
Que perdonar la vida a un alevoso
Es indiscreta acción de un Rey piadoso.
Duque Levanta, Carlos, que el intento doble
No puede prohijarlo un pecho noble.
Carl. Soy tu esclavo, Señor.
Duque Eres mi amigo.
Carl. ¡Ah Flechero enemigo! ap.
¡Ah Margarita fiera! ¡ah dulce ingrata!
Duque Agora sabré yo si amores trata
Carlos con Margarita, porque luego ap.
Se descubre el amor, que amor es fuego.
Carl. ¿Qué piensa el Duque, Cielos? pero agora ap.
Según lo juzgo, a Margarita adora:
Que es siempre un receloso pensamiento
Prognóstico fiel de un sentimiento.
Duque ¿Fabio?
Fab. Señor.
Duque Retírate, que solo
Antes que lave Apolo
Con cristalino humor su roja frente,
Con Carlos quiero hablar.
Fab. Soy obediente. (vase)
Duque Carlos, si eres mi amigo, un poco escucha
Carl. Con amor, y lealtad el alma lucha. ap.
Duque Bebo un dulce veneno,
Padezco tempestad de un mar sereno,
Siento un ardor gustoso,
Un inquieto reposo,
Un rigor blando, un fiero agrado ofrezco;
Todo es nada, esto es más,amorpadezco,
Carl. Pues señor, ¿ quién te aviva aquesa llama ?
Duque Para que sepas, Carlos, quién me inflama,
La ocasión te diré, cuando amor sigo,
Si cabe lo que siento en lo que digo.
Carl. Dime tu ardor, que he de escucharte atento,
Que es la atención lisonja de un tormento.
Duque Era el tiempo, en que el Planeta,
Blandón del cuarto Safiro
Del Cénit precipitado
Va con desmayos lucidos
Pidiendo a Tetis el agua,
Como saludable alivio,
Para alentar los desmayos,
Para volver a los giros;
Cuando penetro de un bosque
El frondoso labirinto,
Que en condensados verdores,
De mil árboles vestido
Nube de ramos lo juzgo,
Borrasca de hojas lo admiro.
Sigo un Tigre, que manchado
Entre colores distinctes,
Lo juzgaba el pensamiento
Por. lo ligero, y lo lindo
Viento galán de los bosques,
Errante Abril de los riscos.
Fatigando en fin las selvas,
En un balcón (¡ que prodigio ! )
Veo acaso (¡ oh, cómo el logro
De una dicha no es previsto!)
Una flor que no padece
Las pensiones del Estío,
Una rosa, que rigores
Por espinas le averiguo;
Una luz, que le era sombra
De mi dolor el martirio;'
Una estrella, que el cuidado
Hizo en el alma. destino-.
¡ Oh ley d'amor inviolable!
Que quien burla divertido
De sus tiros lo flechero,
Y de sus llamas lo _activo,
En el ocio del . descuido
El fiero vendado niño
Le prende al pecho sus llamas,
Le vibra al alma sus tiros!
De suerte que en los empeños
Del monta raz ejercicio
Hallo a mi vida lisonjas,
Dando a mi vida peligros
Festejo un jardín hermoso,
Pisando un bosque tejido;
Una Diosa en fin venero,
Cuando una fiera persigo:
¡ Oh, cuántas veces, oh, cuántas
Lanzaba al aire suspiros,
Porque siendo puras llamas
Del fuego, que dentro crío,
Al alma suya pegasen
(Cuando se exenta en lo esquivo)
Los incendios del cuidado
Por las puertas del oído !
Sintiendo pues sus rigores,
Le dije, si no me olvido,
Lo cortés destos requiebros:
En quien ama, el Ciel o mismo
Amor influye; pues ¿cómo
Si a vos por Cielo os afirmo,
Cuando debéis motivarlo,
Queréis, mi Cielo, impedirlo?
Ved las plantas, que en, las plantas
El fruto de amor coligo;
Ved las flores, que en las flores
Florece el afecto vivo;
Ved las fuentes, que en las fuentes
Llanto amoroso se ha visto;
Ved los vientos, que en los vientos
Alas vuelan de Cupido;
Mirad en fin a mi pecho
Por compendio de lo dicho,
Las plantas de mi firmeza,
Las flores de mis cariños,
Las fuentes en lo que lloro,
Los vientos en lo que gimo.
Mas viéndome desdeñado,
Vi mis deseos crecidos,
Pidiéndoles a mis ojos,
Siendo dos, que en triste oficio
Uno llore el mal de amante,
Y otro el mal de aborrecido.
No has visto acaso en el soto
Un verde almendro, y no has visto
Que florece cuando el Cielo
Del Enero conmovido
Graniza globos de, nieve,
Despide flechas de frío?
Así también, corno almendro,
Mi cuidado ha florecido,
Cuando en Enero de penas
Arroja mi Cielo esquivo
De sus desdenes el hielo,
De sus iras el granizo.
Apart6me de sus ojos
Por petición de su arbitrio,
Pero después en mis males
Algunas voces le explico
Por papeles, que se juzgan
Terceros enmudecidos,
Ya mi verdad en lo blanco,
Ya mi tristeza en lo escrito.
Pídole en fin a mi hermana
Que con ruego sucesivo
La trujese a mi palacio
Que Cielo, y templo se ha visto,
Pues ya tiene venturoso
En la luz y el sacrificio
La Aurora de la hermosura,
La Diosa del albedrío.
Aclamé pues la vitoria
En la guerra de gemidos;
Conquisté con mis finezas
De sua belleza el castillo;
Tuvo la amorosa nave
En aquel puerto el abrigo -
Coronó e de esperanzas
Vitorioso mi designio;
Y del Oriente de afectos,
Que fué de mi amor principio,
No rubíes, no diamantes,
No topacios, no safiros,
Una Margarita alcanzo,
Una Margarita estimo.
Éstos son los pensamientos,
Carlos, que me han divertido,
Ésta la luz, y el Planeta;
En cuyas llamas, y visos
Como Mariposa, ciego,
Como Girasol, rendido,
Al rigor de inciendios muero,
Al favor de rayos vivo.
Carl. El Duque quiere a Margarita, ¡ oh Cielos! ap.
O mi vida quitad, o mis recelos;
Que si es muerte los celos bien se advierte
Que no puede unirse vida, y muerte.
Duque Vive Dios, que en su amor Carlos prosigue, ap.
Y de mi dama el norte hermoso sigue;
Mas si le mato, en náufragos intentos
Será su sangre mar, mis iras vientos.
Carl. Eres, señor, dichoso
En el lance amoroso.
Duque De ti mi pecho los secretos fía,
Porque puedas saber la amistad mía,
Pues quien secretos fía, es claro efeto
Que entrega el corazón en un secreto.
Carl. Bien conozco, señor, tantas finezas.
Duque Y porque estimo, Carlos, tus proezas,
Por ti mañana espero,
Porque mandarte quiero
A Florencia en favor de Carlos Quinto.
Cuyos soldados con Mavorcio instinto
La cercan, porque den en su vitoria
Al Pontífice honor, a Carlos gloria.
Vase el Duque
Carl. ¿ Qué hemos de hacer, Amor, por desdichado?
Pues te asaltan estorbos al cuidado;
El Duque a Margarita estima agora:
Que el Duque es poderoso no se ignora:
Todo pues facilita lo amoroso:
Todo puede abrasar lo poderoso:
Dos rayos tiene para mi desmayo,
Porque es rayo el poder, y Amor es rayo
El Duque me compite en el deseo,
Yo desigual me juzgo en el empleo;
Mas no, que si es Amor un Dios, me atrevo
Con su fiero rigor, pues un Dios llevo.
Vine en este jardín a ver mi dama,
Por dar hermoso alivio a dulce llama,
Encuentro luego al Duque, que me embiste
Y en conocerme insiste,
Hasta que me declara que es dichoso
Su cuidado glorioso;
Que no sólo es amante, pero amado.
Qué hubiese sus pasiones ignorado ?
¡ Ah pensión del tormento,
Que en el golpe violento
Por hacer el estrago más sentido,
Nunca lo .siente el alma prevenido!
Agora pues el Duque me destierra
Con lisonjero arbitrio de una guerra,
Porque pueda gustar sin tristes celos
Con Margarita bella sus desvelos,
Sin mirar que aun presente
Mi pecho amante dulce guerra siente
Con las armas de amores, y de enojos
En las bellas provincias de sus ojos;
Al cerco de Florencia
Me intima la sentencia,
Porque cerque su amor con más ventura
El castillo gentil de su hermosura;
Que es Florencia mejor a su firmeza
Su florida belleza;
Mas aunque Margarita me condena
A triste muerte de celosa pena,
Sin pedir celos, le he dehablar mañana:
Que temo su hermosura soberana,
Y no es bien que parezca presumido,
Que glorias le merezco de querido.
Vase, y sale Violante
Viol. Amo a Carlos, y temo
De mi hermano cruel el noble extremo,
Porque llama aun afecto verdadero
Fino, el Amor; pero el honor, grosero;
Temo en la empresa de amorosas piras
El ejército fiero de sus iras,
Cuando intente en campaña de rigores
Talar firmezas, y vencer amores,
Que el honor ofendido
Con razón es temido,
Pues se juzga como áspid, agraviado,
Que la muerte ocasiona, si es pisado.
Temo también que Carlos atrevido
Por costumbre alevosa de querido
Quiera tejer a costa de mis daños
En la tela de amor hilos de engaños ;
Aunque yo soy Violante,
Y de Carlos amante,
(Para conocer yo si Amor le excita)
Me finjo Margarita,
Sin que lo sepa nadie, que el secreto
Es padre sabio de oportuno efeto:
Desta suerte le apuro
De su fe lo constante, o lo perjuro,
Porque después no siga al pensamiento
La tirana pensión del escarmiento.
Carlos es forastero,
Con que engañarle espero,
Pues no sabe que soy del Duque hermana,
Y su amor más se allana;
Pues si supiera mi sublime alteza,
Entibiara el ardor de su firmeza,
Que en desigual honor (como le excedo)
Lo que se escoge amor, se encoge miedo.
Y no es mucho que ignore mi persona,
Que como se ocasiona
Del hombre más amante
El más cierto inconstante,
Evité con retiros de mi estado
Los incautos peligros de un cuidado;
Que el retiro dichoso
Con el tiempo ingenioso
En leciones de aviso se convida
Un deleitoso estudio de la vida;
Viendo siempre en las flores,
(Si mancha ajena mano sus primores)
Para dar mudo ejemplo a mis corduras
Un florido consejo de hermosuras.
Mas para mi alegría, o mi tormento,
Viendo de Carlos él bizarro aliento
Mil almas atraer, y bien lo he dicho
Que mil almas llevaba en su capricho;
Éste sólo fué causa de un contento
Amargo, y dulce , plácido, y violento,
Éste del alma f Fué blando homicida,
Si vivo en muerte, cuando muero en vida.
Éste de un albedrío (que volaba
Libremente en el aire, y se emplumaba
De vanas presunciones) le ha formado
En la jaula de amor prisión de agrado.
Sale Carlos suspenso
Ap.
Carl. En el incendio amoroso
Doble a Margarita veo;
Pero es arbitrio engañoso,
Que de una traición lo feo
No ha de caber en lo hermoso.
Viol. Carlos, con triste esquiveza
Sin querer el desengaño?
Mas si, que para mi daño ap.
Es enfado la tristeza
Por disfrazar el engaño.
¡ Carlos!
Carl, Señora.
Viol. ¿ Dolores
Tenéis de amor apurados?
Carl. Parto ya por más favores
Un cuidado en mil cuidados,
Un amor em mil amores.
La fama en mi amor glorioso,
Y en vuestro rostro elegante
Dos graves prodigios cante,
Vos, prodigio de lo hermoso,
Yo, prodigio de lo amante.
Si desa vista el contento
Logra de amor la vitoria,
Con tal fineza me siento,
Que hago escrúpulo esta gloria
Por quitarme el sentimiento.
Si queréis averiguar
El dolor de mi placer,
Mirad que extraño querer,
Que por ver el no penar
Padezco el no padecer.
Quisiera al dulce dolor
Dos corazones en tanto
Llanto alegre, blando ardor,
Uno, que destile en llanto,
Otro, que abrase en amor.
Por veros, y por amaros
Aunque mi bien fué de veros,
Agradezco al pretenderos
A los ojos, por miraros,
Al corazón, por quereros;
Si de vos me hallo querido,
Cuando me afino amoroso,
El primero agora he sido,
Que halló bienes de dichoso
Con aciertos de entendido; .
Mas vos sólo en la desdicha
De todo acertado intento
Quitáis contra el escarmiento
La necedade a la dicha,
La queja al entendimiento.
Viol. Lo que tan discretamente
Vuestro pecho encareció,
No es amor, que en lo que siente
Lo que fácilmente entró,
Se despide fácilmente.
Si lo llamáis afición,
Ya me profetiza el Cielo
Que en verdad de mi recelo
Lo probáis por diversión
No lo bebéis por desvelo.
Carl. Si florece en tiempo breve
De mi cuidado la palma,
Con primor mi fe se atreve,
Pues cuando os entrega el alma,
Paga luego lo que debe.
Pero calle, y prenda agora
Las voces mi amor injusto,
Pues de una ausencia el disgusto,
Que vuestro pecho no ignora.
También me aprisiona el gusto.
El Duque por vuestro amor
Me manda que parta luego
A Florencia.
Viol. ¡ Qué rigor! ap..
El alma pierde el sosiego
Con el azar de un dolor.
Carl. ¡ Son la causa vuestros celos!
Y si vos al Duque amáis,
Amad el Duque, que dais
Mejor gusto a los desvelos.
Viol. ¿Ésos concetos formáis?
Sabed, Carlos, que no soy
De las comunes mujeres;
Que en su afición mudan hoy
Lo que ayer quieren ; poderes
A la fortuna no doy.
Y porque más certifique
De mi firme amor la f e,
A Violante pediré
Que vaya mi hermano Enrique.
Carl. Siempre tu amor estimé.
Viol. A Margarita he de hablar, ap.
Porque así mi engaño entable,
Si quiero a Carlos amar,
Que al Duque su amante hable,
Y estorbe tanto penar.
Carlos, si vuestro querer
Leyes de amor o enseña,
La constancia es mejor seña.
Carl. Siempre constante he de ser.
Viol. Yo roble seré.
Carl. Yo peña.
Viol. Lo que aseguran mis labios,
Dirá mi fe. Vase
Carl. Mi temor
Callo, porque no es primor
Publicar quejas de agravios
En los principios de amor. Vase
Sale el Duque, y Fabio
Duque ¿ Deciste a Carlos que luego
Viniese a verme?
Fab. Señor,
Como me mandastes ayer,
He llamado a Carlos hoy.
Duque No quiero que en mi presencia
Con villana presunción
Se oponga Carlos a un Duque
Contra halagos de un ardor;
Que quien a un Príncipe estorba
Una modesta afición,
Como se le atreve al alma,
Algo tiene de traidor;
Y como de un Rey el gusto
Es gobierno de su acción,
También el cetro le usurpa
Quien el gusto le usurpó.
Vaya Carlos a Florencia,
Y en juego de su pasión
Dé de barato una ausencia
A quien un gusto perdió.
Y si en la guerra amorosa
Ese rapaz flechador
Con laureles de esperanzas
Sus afectos coronó;
Agora pues en la guerra,
Que Carlos Quinto movió
A contemplación del Papa,
Gane vitorioso honor,
Y en guerra de fuego, y hierro
Gracias rinda su valor
Al hierro de un Dios guerrero,
Al fuego de un ciego Dios.
Sale Margarita, y vase Fabio
Marg. Mi bien, ¿vos airado agora?
Vos triste? Qué es esto, Amor?
Si es blanda pena de un pecho,
Os quite la airada voz.
Quisiera, señor, pediros
Para mi hermano un favor,
Pero os hallo tan severo,
Y airado, que mi intención,
Cuando buscaba un agrado,
Viene a encontrar un temor.
Duq. Margarita, a todo tiempo
Podéis mandarme, que yo
No sujeto mais finezas
A la varia de sazón
Del tiempo; que siendo amante,
Fuera injusto, fuera error
Que desobligase un tiempo
Lo que debe una afición.
Marg. Quisiera, señor, que agora,
Si ruegos pueden con vos,
Mandaseis para la guerra
(De que es noble superior
Ese Príncipe de Orange)
A mi hermano, a Carlos no;
Que D. Fernando Gonzaga
Estimará su valor.
Como cercano pariente,
Y Enrique gane opinión
De valiente Capitán :
Que en Italia siempre usó
La Nobleza más ilustre
Tratar armas en favor
De algun Príncipe extranjero;
Qué me respondéis ?
Duq. ¿Quién vió ap.
Tanto agravio en el cariño,
Tanto halago en el rigor?
¿Qué en lisonjas Margarita
Me pida que mande yo
A Enrique para la guerra,
Y que no mande (¡ ay dolor ! )
A Carlos, sintiendo ingrata
Su ausencia? ¡qué confusión
Me asalta! pues Margarita
Con tan extraña ocasión
Del mismo amor se ha valido
Para ofender al amor.
Marg. Mi bien, suspended agora
La engañosa turbación,
Que si no queréis hacerme
Este gusto que intentó
Mi pecho para mi hermano,
No he de culpar la exención,
Que basta quererlo, sí,
Para no alcanzarlo, no.
Duq. A la 'guerra vaya Enrique,
No vaya Carlos.
Marg. Ya os doy
Mil gracias por tal fineza; ap.
Pues Violante. me pidió
Que hiciese este estorbo, agora
Decir a Violante voy
Que ya no se ausenta Carlos,
Porque le dé su afición
Prisión alegre al cuidado,
Seguro Alcalde al temor.
Vase
Duq. Disimulemos cuidados,
Porque quien disimuló,
Se previene en el engaño,
Y examina la traición.
Si queda Carlos, bien puedo
Conocer, si es ofensor
De mi deseo amoroso:
Que quien amado se vió
O por capricho, o por gloria
Hace alarde del amor.
Pero ¿qué más evidencias,
Si cuando le dije yo
Que en Mantua quedase Carlos,
Con ingrata sumisión
Lo agradeció tan alegre,
Que el desnudo Flechador
Parece que en el semblante
Por crédito o compasión
Me acautelaba en el daño,
Me avisaba en la color?
Sale Fabio, y Carlos
Fab. Aquí, señor, viene Carlos.
Carl. A tus pies rendido estoy.
Duq. Aunque, Carlos, de tu diestra
Esperaba mi opinión
Que acreditaras a -Mantua
Con tu valeroso ardor,
Considerando primero
Que eres mi amigo, a quien doy
De mi gobierno la parte,
De mis intentos la acción,
No quiero, no, que te ausentes
Que era fiero desprimor
Solicitar una ausencia
A quien lleva un corazón.
Bien sabes ya de mi gusto
El secreto, que f ió
De tu recato mi pecho,
Que a quien amigo se amó
El secreto no se encubre:
Que fuera bastardo error,
Carlos, negar un secreto
A quien un alma se dió.
Carl. Señor, indigno me veo
De tan notable favor.
¡ Ah, Cielos! ¡ qué bien entiendo ap.
Lo que astuto el Duque habló !
Porque no pueda querer
A Margarita, el primor
Me descubre de su gusto
Con la oportuna ocasión
De amigo, que desta suerte
Si prosigo mi pasión,
Falso soy a su amistad,
Y falso a su gusto soy.
Duq. Llama a Enrique, Fabio.
Enrique
Vase Fabio
parta a Florencia.
Carl. Señor,
Del palor de Enrique espera
Buen suceso.
Duq. Del valor
Suyo la palma se espera,
Y de tu amistad mejor
Espero satisfaciones.
Carl. Pagaré mi obligación.
Duq. ¡ Oh cómo Carlos se alegra ap.
Desta ausencia l
Carl. ¡ Oh cómo voy ap.
Sabiendo que el Duque intenta
Dar destierro a mi afición !
Sale Enrique
Enr. Enrique, señor, se ofrece
A tus plantas.
Duq. La ocasión
Deste terzo de Florencia,
Noble Enrique, me obligó
A que también a tu diestra
Deba Italia aquella acción;
Don Fernando de Gonzaga
Pariente nuestro envió
A pedirme alguna gente,
Y agora te mando yo
Con lo mejor de mi estado
Solamente por favor,
Que a un corazón animoso
De una guerra la sazón
Es generoso peligro,
Es lisonjero rigor.
Enr. Beso tus plantas humilde,
Agradeciendo el honor,
Que me dás por tu vasallo,
Que es gloriosa adulación
De un Príncipe ilustre, y cuerdo.
Honrar sus vasallos. Yo ap.
Me ausento (¡ tirana suerte ! )
De Violante, a quien formó
El Cielo para su envidia,
La tierra para su flor.
Siempre dura, siempre hermosa
Su belleza fulminó
Contra mí rayos de fuego,
Rayos de luz contra el Sol.
Duq. Partid, Enrique, al momento,
Argos se ami atención. Vase
Carl. Al arma fuertes cuidados. Vase
Enr. A la ausencia ingrato amor. Vase
Sale Celia
Cel. Yo quiero mucho a un lacayo,
Y aunque este nombre mal suena,
Como él tiene voz de plata,
Hace consonancia bella.
De un forastero es criado
Y en frase mejor dijera
De la salud de su bolsa
Enemiga pestilencia.
En los caudalosos huaros
Cuando acaso me requiebra
Lo que le usurpa a lo Caco,
A lo Alejandro me entriega;
Demás desto él es un hombre,
Que bien puede por sus prendas
Hacer de una peña miel,
Hacer de un mármol manteca.
Tiene despejo Español,
Tiene Toscana prudencia,
Tiene donaire Gitano;
Tiene jarifa presencia.
Y todo reduzgo aun tiene,
Que es la mayor gentileza.
Para marido es muy bueno
Por sus voces lisonjeras:
Porque si es muerte un marido,
La muerte agradable queda;
Yo, si un marido tuviese,
Que así me hablase, quisiera
Con palabras muy de Aurora,
Quiero decir muy risueñas.
Finge
Bien mío, vida del alma,
Dulce dueño, muerte bella,
Por ti muero, un lindo abrazo
El blando sepulcro sea.
No como algunos maridos,
¡ Verbum Caro! que si llegan,
Muy añublados se ponen,
Echando truenos de piernas.
Después si el comer no gustan,
Un milagro manifiestan,
Pues sin ser aves los platos,
Todos por los aires vuelan;
Duda con razón entonces
La mujer en su dureza
Si hace vida, si es casada
Con un hombre o una piedra.
Viéndose pues sin ser calle,
Bien que calle sus fierezas,
No la mozuela casada,
Empedrada la mozuela.
Que bien merece uno déstos
Cuando a lo grave se ostenta,
Que si es muy a lo Catón,
A lo Cornelio se vea.
Sale Dinero
Din. Aquí traigo un papelillo
Para Margarita bella;
Ésta es su criada, quiero
Llegarme un poco. Mi reina,
Mi lamedor, mi cosquilla,
Mi vidilla, mi azucena,
Mi azúcar, mi perejil,
Mi celo, mi Cielo, y Celia;
Háblame un poco, que agora
Traigo la bolsica Hena.
Cel. Vo te haré muchas preguntas.
Din. Si es de amor examen, vengan.
Cel. ¿ Quién eres tu? dime agora,
Porque si acaso deseas
Ser mi marido, es forzoso
Saber tu vida, y tus prendas.
Din. Primero, cuanto a la vida,
Sirvo a un amo, y opongo fiera
Mi malicia natural
A su vida forastera ;
Sirvole yo con buen trato,
Y tan bueno se pondera,
Como el verdugo a quien mata,
Y como el potro a quien niega;
Mentiras llueven, y tantas,
Que si tempestades fueran,
Pudiera con mis mentiras
Anegar toda la tierra.
Soy criado tan fiel,
Que usando de mil cautelas,
A un gran ratón de un bolsico
Le doy de gato mil vueltas.
De los hurtos no te admires,
Que porque más lo encarezca,
No se puede hallar criado
Sin que escribano no sea;
Esto es en cuanto a la vida.
Cel. Vamos al segundo tema.
Din. En las prendas prosigamos.
Primeramente, mi perla,
Yo me precio de muy noble,
Fingiendo solar nobleza,
Porque no quito el sombrero
A persona mala, o buena;
Soy valiente, porque juro,
Y cuento falsas pendencias;
Porque murmuro de todo
También discreto me creas;
Soy gracioso en mis palabras,
Porque en maliciosas pruebas
Dichos ajenos repito;
Soy galán, porque en cualquiera
Conversación hablo en damas;
Tengo aplausos de Poeta,
Porque hice cuatro coplillas,
Y las mejores ajenas.
Éstas son, Celia, mis partes,
Y si acaso te contentan,
El gusto me hará tan gordo
Que el mayor necio parezca.
Cel. Ama bien, y sirve siempre
Con tu nombre; y porque sepas
De mi amor memorias firmes,
De mi fe grandes finezas
No se olvidará tu nombre
De mi amor.
Din. Ya se me acuerda
Un papelillo que traigo
A tu señora, y quisiera
Que luego luego lo dieses,
Pues mi amo te encomienda
La prontitud.
Cel. Mil prestezas
He de mostrar por servirte.
Muestra, pues.
Al darle el papel sale el Duque
Duq. ¿ Qué es esto, Celia?
Cel. Este hidalgo forastero
Como siempre me requiebra,
Me escribe papel de amores,
Y agora aqueste me entrega.
Duq. Por Dios que trujo el criado ap.
De aleve amor estafeta
Para Margarita el pliego.
Din. Tristis est anima mea:
Vive Cristo que en su rabia
El Duque airado me entierra;
Y agradecello bien puedo,
Pues esta muerte me exenta
De un boticario las purgas,
De un médico las recetas.
Duq. ¿ No sois criado de Carlos?
Din. Soy, señor, de aquella oveja,
Disfrazado en hombre un lobo,
Soy en infieles cadenas
De aquel cautivo cristiano
Su Argel.
Duq. Esa carta muestra,
Celia, agora.
Tómale la carta
Cel. Dios me libre
Del Duque, que le pondera
Mi corazón receloso,
Con su ducal impaciencia,
Cada palabra una tía,
Cada amenaza una suegra.
Vase Celia
Lee el Duque
Esta noche, Margarita,
Al bello jardín me espera,
Que siendo flor tu hermosura,
Es bien que en jardín se vea,
Porque pueda agradecerte
Con la verdad de mi lengua
De tu presencia el halago,
Y el estorbo de mi ausencia.
Siempre tuyo. Carlos.
Duq. Carlos
Me agravia, y no considera
Que quien a un Príncipe ofende,
No quiere hacer diferencia
De la acción, y del castigo,
De la muerte, y de la ofensa.
Y vos, pícaro alevoso,
ue sois de amorosas nuevas
El diligente Mercurio
Con talares de obediencias,
¿ Cómo profanáis loa sacro
De mi palacio?
Din. Mi lengua
Te lo dirá; soy criado,
Que se junta la obediencia
Con sociedad tan notable,
Como la cola a una bestia,
Como la ventura a un necio,
Como a un sabio la pobreza;
De más a mas soy Dinero,
Que todos, señor, me huelgan
De que entre siempre en sus casas;
También, señor, me festeja
El palacio, y con arbitrios
Me busca, pretende, y lleva.
Díganlo en todos los Reinos
Con pretextos de las guerras
Los tributos, que me usurpan,
Las sisas, que me atropellan.
Pensé pues que me 'estimaras,
Si en tu palacio me vieras,
No eres, señor, Ginovés,
Pues agora me despreciáis.
Duq. Salid de aquí, mentecato,
Antes que os abra la puerta
Con esta daga en el pecho.
Din. Tuvimos mortal tragedia,
Sed nos liberati sumus.
Vase
Duq. Creed agora tristezas,
Creed agora cuidados,
No discursos de la idea,.
Verdades sí, que a los ojos
Disparan de agravios flechas;
Hasta aquí con torpes dudas
Fluctuaba mi sospecha,
Mas ya de aquella borrasca
El naufragio se escarmienta.
Ya sabe el alma infelice
Porque de Carlos la ausencia -
Quiso estorbar Margarita
Contra mi gusto: ¡ ah firmezas
De amor como sois mentidas!
¿ Mas qué mucho, si ligera,
La mujer excede amante
Lo fácil de una veleta,
Lo presuroso de un viento,
Lo caduco de una niebla?
No es blanco, pues, el papel,-
Aunque cándido se ofrezca,
Porque sólo el alma mía
Es blanco, donde se emplean
Estes, de cuidados tiros,
Éstas, de agravios saetas.
Cuando leo sus renglones,
Imagino cada letra
Lengua de fuego alevosa,
Que en dos efetos se muestra
De fuego, cuando me abrasa,
Y cuando me avisa, lengua.
He de mostrarle el papel
Para ver si en la evidencia
Puede desmentir mi agravio:
Que de celos las fierezas
Tales son, que un triste amante
Sabe lo cierto, y desea
Aun engañosas disculpas,
Aun mentirosas defensas.
Sale Margarita, y le dice
¿Es posible, Margarita?,
Es posible (hablar no puedo)
Que con cauteloso engaño,
Que con atrevido exceso
Me agravias? ¿que a un Duque amante
Desprecias? ¿que otro sujeto
Enamoras? Mal conoces.
Mis iras.
Marg. Señor, no entiendo
Lo que dicen tus locuras
Contra mi amor; pero miento,
Ya lo entiendo, sí, que agora
Con alevosos intentos
Por olvidar mis verdades,
Quieres fingir que te ofendo;
Que quien desprecia una dama
Con mentirosos pretextos,
Siempre le achaca el agravio
Por disculpar el desprecio.
Duq. Dime, tirana, no quieres
A Carlos? pues vive el Cielo
Que al árbol de su esperanza
Le han de cortar mis desvelos;
Las alas de su osadía
Le han de abrasar mis afectos;
Las flores de su cuidado
Le han de marchitar mis celos;
Los campos...
Marg. Señor, reporta
Tantos enojos; qué es esto?
Tú dices que adoro a Carlos?
¿A Carlos? que fingimientos
Tu ceguedad atropellan:
Que aunque ciego al amor veo,
Sus ceguedades son otras,
De otro modo es amor ciego.
Duq. ¡ Oh, como siempre, el delito
Por astuto, y lisonjero,
Cuando alienta lo engañoso,
Siempre afectó el encubierto !
¿ Tú te atreves a ofendorme,
Traidora, no conociendo
Que of enderse un poderoso
Es fulminarse un acero,
Es rebentarse una mina,
Es añublarse un Invierno,
Es precipitarse un rayo,
Es alimentarse un fuego?
Mal haya el tiempo, mal haya,
Que en mil devotos obsequios
Adoré tu Sol hermoso
Como idólatra indiscreto.
Mal haya el día, mal haya,
Que en amorosos extremos
Fui siempre roca en lo firme,
Fuí siempre cera en lo tierno.
Mal haya el Amor, mal haya,
Que como a soldado expertc
Por conquistar tus favores
Me quiso armar con desvelos.
¿Tú, Margarita, me engañas,
Cuando me afino sincero?
Tú, Margarita, me ofendes
Cuando verdades profeso?
¡ Ah costumbre de rigores!
¡ Ah villanía de enredos!
¡ Que en mal, y doblez indigna
Siempre se están oponiendo
La desdicha más penosa
Al mejor merecimiento!
¡ A la verdad máshidalga
El engaño más grosero!
¿ No te acuerdas que jurabas,
Formando encarecimientos,
Que cuando fueses mudable,
Primero el prado, primero
No se ornaría de flores,
Ni los Polos de luceros,
Dejaría el mar las aguas,
El pedernal los incendios?
Queden pues en tus mudanzas
Por cumplirse el juramento
Sin luces el Cielo claro,
Sin flores el prado ameno,
Sin llamas la piedra viva,
Sin aguas el mar soberbio.
Y agora para que veas
De tus engaños los yerros
Sin disculpables sobornos,
Mira, tirana, ese pliego,
Dale la carta
Que como fiel testigo
Depone tus desaciertos,
Y quizá fiel lo juzgo,
Porque cándido lo advierto.
Lee la carta Margarita, y se suspende
Duq. ¡ Oh, qué bien te has convencido!
Pues te acusa lo suspenso;
Que quien se convence acaso
En las traiciones, que ha hecho,
Se embaraza en el discurso,
Se aprisiona en el silencio.
Habla, cruel, y responde
A tan fuertes argumentos;
Finge pues una disculpa,
Dime agora, que otro objeto
Pretende Carlos amante:
Que son otros sus empeños,
Que tu amor no solicita,
Ni le quieres; y al momento
Con mujeril artificio
Forma, porque ya te creo,
El falso aljófar de llanto
Con oro falso de afecto.
Quédate, sirena hermosa,
Oírte agora no quiero,
Que cuando el pecho fluctúa
En alevosos intentos,
Serán tus voces encanto
Será náufrago mi pecho.
Vase el Duque
Marg. Espera, engañado Duque,
Aguarda, querido Dueño;
Suerte, ¿qué mudanzas formas?
Amor, ¿qué enredos son éstos ?
Si instable, suerte, te han dicho,
Si engañoso, Amor, te han hecho,
Dime, suerte, las mudanzas?
¿Y dime, Amor, los enredos?
Carlos un papel me escribe
Entre amorosos concetos,
Suponiendo que le adoro,
Ya mi amor agradeciendo
De su ausencia los estorbos,
No a Violante, ¿ qué es aquesto?
Cielos, que en blandas piedades
Prestáis oído al remedio,
Si esta armonía os dirige
Incesable movimiento,
Concordad con vuestros giros
La armonía de un deseo.
Estrellas, que en, los influjos,
Que os beben humanos cuerpos
Sois celestiales motivos
De amorosos galanteos,
Descubrid el desengaño
Lo que dais al nacimiento;
Sol lucido, que en los rayos
El Orbe os pondera atento
Ya de luces fuente hermosa,
Ya de llamas mar imenso,
Prestad incendio a mi amante,
Para que avive su incendio;
Aves, que en voces, y plumas
Parecéis, amaneciendo,
Del aire volantes flores,
Del Alva alados Orfeos,
Despertad con vuestro canto
De tanta verdad el sueño;
Mares, que en vuestras espumas
Pudo animarse el portento
De aquella hermosura, aquella
Blanda Deidad de Citeres,
Publicad en vuestras aguas
Las que en triste amor os vierto;
Campos, que os pintan Abriles
Entre verdores amenos
Ya de rosas los matices,
Ya de lilios los bosquejos,
Decid mi verde esperanza,
Aunque a sequen los celos;
Flores, que sois cuando sopla
El Céfiro lisonjero,
De Flora galán adorno,
Del prado oloroso aseo,
Dad el olor de verdades
Al color de fingimientos
Ríos, que sois en las peñas
Ya músicos, ya risueñas,
De plata corrientes liras,
De cristal claros espejos,
Decid en puros cristales
Los que veis puros afectos;
En fin, para ver si acaso
Mejorar mi suerte puedo,
Digan aquí lo que lloro,
Digan aquí lo que siento,
Ríos, f lores, campos, mares,
Aves, Sol, Estrellas, Cielos.
Vase
JORNADA SEGUNDA
Sale el Duque, y Violante
Viol. No te lastimes quejoso,
Que Margarita es constante.
Duq. No puedo, que de un amante
Siempre se engendra un celoso;
Que en as batallas impías
De una amorosa pasión,
Siendo campo el corazón,
Sirven los celos de espias.
De más, que Amor en mi pena
Con a sentencia de enojos,
Pues son testigos mis ojos,
No sin razón a condena;
Y cuando aquestos desvelos
Los siente Amor, no los piensa,
Como averigua a ofensa,
Pasa aun allá de los celos.
De suerte que padecido
Este tormento amoroso
Aun antes de sospechoso
Me escarmente de ofendido.
Viol. Es de amante esa pasión,
Que como siempre se ve
Desconfiado en la fe,
Siempre piensa la traición
Y para bien del sentido
Creer debe en su terneza,
Que si quiere con firmeza,
Que con firmeza es querido.
Mas con los celos no ignoro
Que poco amante se alcanza,
Pues, si le cree la mudanza,
Viene a mancharle el decoro.
Y sospecha este dolor
Por su mal, pues quien le adora,
Si él la juzga que es traidora,
Ha de juzgar que es traidor.
Tiene con la dama bella
Bastarda de amor porfía,
Pues ela dél desconfía,
Pues él desconfía della.
En fin por razón de estado
No ha de pensar lo engañoso,
Pues le muestra receloso
Que puede ser agraviado.
Duq. Dices bien, pero si ver
Pude ofensas del deseo,
¿Ha de ser lo que no veo?
Lo que veo noi hade ser?
Viol. El galán que viste allí,
Aunque sospechas te inflama,
Vendría por otra Dama,
Como. si fuese por mí.
Que alguna Dama en querer
A Carlos, puede sentir;
¡ Oh quién pudiera decir
Lo que sabe padecer! ap.
Duq. El vidrio, si has reparado,
Que de un sembante aparente
Es una copia luciente,
Es un mentido trasado;
Brila tal, que es parecido,
Cuando respandece igual
Un verdadero cristal,
Lo que es un cristal fingido.
Lo proprio en su amor se diga,
Que en dobles caras; que ofrece,
Como vidrio resplandece,
Cuando falso se averigua.
De suerte que en lo alevoso
Del amante resplandor
Luce verdadero amor.
Lo que es amor engañoso.
Y porque sepas si es fiel,
O si es falso su tormento,
Sabrás que amoroso intento
Le confiesa en un papel
Carlos a leve; que yo
A Celia el papel tomé,
Y a a vista averigüé
Lo que el recelo pensó ;
A Dios pues, que el alma mía
Va a padecer este daño.
Viol. A la noche de tu engaño
De su verdad salga el día.
Vase el Duque
Agora mi amor alcanza
Contra mí propia otros celos;
Agora se arman recelos
Para embestir mi esperanza.
Dime Amor, y al alma dilo,
Qué haré? presta en mis deseos
Al abirinto de enleos
De tus piedades el hilo.
El Duque ingrato se atreve,
Y Margarita se infama;
Ela da de amor la llama,
Él de sospechas a nieve,
Con una venganza cierta
De mi hermano en mal quererme
Por mí tanto afecto duerme,
Por mí tanto mal despierta.
Se mi hermano la ocasión
Viere, sabrá su impiedad
Con la luz de a verdad
La color de mi afición.
Si supiere su rigor
Mi amor, temo sin tardanza
El Cierzo de su venganza
Contra el lilio de mi amor.
Si viven estos enojos,
Tendrá mi prima deshecho
Todo en suspiros el pecho,
Todo en lágrimas los ojos.
Si declaro mis finezas,
Tendremos noches, y días,
Ela, Mayos de alegrías,
Yo, Diciembres de tristezas.
Finalmente si prosigo
De mis engaños lo fiero,
Todo sigo, y nada quiero,
Todo quiero, y nada sigo.
Sale Claveta
Clav. Señora, gran mal se alcanza.
Viol. ¿ Qué dices?
Clav. En tu fineza
Lo que crías por firmeza,
Se bautizó por mudanza.
Carlos juzga en su pasión
Que ama el Duque tu beldad,
Y aunque engendras a verdad,
Te prohija la traición.
Supo en fin que al Duque incita
De Margarita el cuidado,
Y tu amante lo ha juzgado,
Pues te finges Margarita.
Viol. ¡ Oh dura suerte inconstante,
Que no sólo aqueste engaño
Al Duque fabrique el daño,
Sino también a mi amante!
¡Oh del mal mal riguroso,
Que si maltrata nocivo,
Añade lo sucesivo,
Pr diatar lo penoso!
De Carlos es tan villano,
Es tan extraño su afán,
Que es mi hermano mi galán,
Que le da celos mi hermano.
Margarita no se adora,
El Duque vive quejoso,
Carlos me culpa celoso,
Yo me condeno traidora;
De suerte que en los despechos
Deste amor dan sus dolores
Un engaño a cuatro amores,
Una pena a cuatro pechos.
Hubo, Cielos, afición
De igual confusion que altero;
Mas no es mucho, si Amor fiero
Es a misma confusión.
Clav. Carlos sabrá tu constancia,
No sientas su falso error.
Viol. Aun, Clavea, mi dolor
Teme en Carlos la inconstancia;
Pero a nadie has de explicar
De mi nombre a ficción,
Pues de ti mi corazón
Lo quiso, amiga, fiar.
Aunque sepa Margarita
Que amo a Carlos, no quisiera
AMOR, ENGAÑOS Y CELOS
Que de su nombre supiera
El engaño, que me excita.
Sale Margarita
Marg. Si algún bien mi mal consigue,
Violante, oíd mi ventura,
Que sin tener hermosura,
La desdicha me persigue.
Cuando a vuestro hermano el trato
De amor da mi pecho amante,
Si amanezco en lo constante,
Él anochece en lo ingrato.
Imagina que admitido
Carlos es de mi cuidado,
Con ceguedad de engañado
No ve a luz dequerido;
Ya sé de vuestro dolor
Que el alma a Carlos rendís,
Si penas de amor sentís,
Remediad penas de amor;
De más que cuando me hacéis
Esta engañosa impiedad,
Se disteis la enfermedad,
Es bien que el remedio deis.
De suerte que mis amores
Aviven lo que vivieron,
Si por vos flores murieron,
Por vos resuciten flores,
Que en esta infelicidad
Es lastimosa indecencia
Que agravie con la inocencia,
Quê engañe con a verdad.
Dad pues destierro a mi daño,
Que en las mudanzas, que lloro,
Cuando padece un decoro
No es bien holgarse un engaño.
Viol. Si sentis esa pasión,
También por castigo igual
Ya del golpe dese mal
Siento herido el corazón.
Carlos pues en a esperanza,
Que un amor seguro cree,
Por no pagarme la fe
Me sospecha la mudanza;
Que muchas veces ha sido
Un pecho tan mal halado,
Que se desmiente obligado,
Por no ser agradecido.
Quiero pues desengañar
A mi amante; que he de ver
Florido nuestro querer,
Marchito nuestro penar.
Marg. Ofrezco al gratificaros
(Aunque es poco el admitiros)
La vida para serviros,
La voluntad para amaras.
Viol. Una carta le escribid,
Que aCarlos he de mandar,
Y en buen concierto acabar
De tantos celos la lid.
Yo no a puedo escribir
Por loa fácil del amor,
Por peligros del honor,
Por recatos del sentir.
Escribidla sin recelos,
PorqueCarlos desconoce
Vuestra letra, y no conoce
Lo que fingen mis desvelos.
Marg. Vuestro consejo recibo,
Que aunque gran riesgo se apura,
Sin otro peligro. Escribo
Vuestro papel.
Viol. ¿ Cómo iguales
Presta amor en parabienes
De un desengaño dos bienes,
Si de un engaño dos males!
Trae Clavela recado de escribir.
Viol. vase, y Margarita siéntase a
una mesa.
Marg. La carta, Amor, escribamos,
Amor, la carta notemos,
Y al vil engaño que vemos,
Carta de examen hagamos.
Con tinta, y pluma, esperamos
Que tenga fin mi desvelo:
Mas no quitaré el recelo,
Cuando no puede hacer tanto
La tinta de amargo llanto,
La pluma de amante vuelo:
Pero en el papel confío,
Si pondero su candor,
Que me amanezca un favor,
Que despierte un albedrío.
Ya a juzga el amor mío
Alba, que a tanta pasión
Anuncie en la confusión
Destierre en la deslealtad,
El día de la verdad,
La noche de la traición.
Escribe a carta,
y acabándola, cantan
Músicos
¡ Qué guerra espera, o qué paz,
Una voluntad suspensa,
Agradecida a a ofensa,
Y de vengarse incapaz!
Marg. ¡En tanto amor, dolor tanto
Agora me asalta el sueño
Sabrosamente halagueño!
A la dulce voz del canto
Que siendo del alma encanto
El amor en su porfía,
Es con igual simpatia,
Y concordia del favor
Secreto canto el amor,
Que hace en el alma armonía.
Duérmese, y sale el Duque
Duq. ¡ Mi dueño al sueño prostrado!
No tiene amor, que su fuego
Es verdugo del sosiego
En el potro del cuidado:
Pero si ela en el agrado
Muere de amor, falsamente
La simpatia no extraña,
Pues con falsa muerte engaña,
Pues con dulce agrado miente.
Pero qué miro? un papel
Tiene escrito, que en mal fiero
Es desahogo parlero
Para una pena cruel;
Si a mí me lo escribe, en él
Veré, si a tomarlo llego.
Toma la carta
Lea Amor, aunque amor ciego.
Léela
Los celos, Carlos, de tu amor son grandes,
Y los peligros de mi honor son mayores,
Quiero pues esta noche satisfacerte, por
Librar a mi honor de los peligros, y a tu amor de los celos.
Duq. ¿ Agravia, y duerme? yo no alcanzo
Que ofenda, y tenga el descanso,
Que agravie, y logre el sosiego;
Mas creo que en a injusticia
Del delito riguroso
Lamó Cupido piadoso
Deste sueño a justicia;
Porque viendo a malicia
Del papel, (por castigarlo
El sueño) quiso llamarlo,
Porque prendiese en hacerlo,
A los ojos por leerlo,
Al alma por discursarlo.
Entre sueños Margarita
Marg. Por ti, Carlos, he penado.
Duq. Bien le quiere (¡ ay alevoso ! )
Que quien piensa en lo amoroso,
Siempre imagina en lo amado;
Si bien en quejoso estado
Tanto su gusto pretende
Agraviarme en lo que emprende,
Que cuando a Carlos adora,
Hasta en el sueño es traidora,
Hasta en el sueño me ofende.
Marg. Sepa el Duque el desengaño
Ya que culpa mi tormento.
Duq. Esto escucho, ah ¡ vil intento!
¡ Ah siempre escondido en gaño !
Forma en el sueño mi daño ;
Porque como es a ocasión
Del sueño callada acción,
Quiere con discurso sabio
Los silencios el agravio,
Los recatos a traición.
Dejo el papel, (¡ ay dolor !
¡ Ay celoso padecer!)
Que esta noche quiero ver
Si Carlos viene (¡ ay traidor!)
Al arma valiente Amor,
Si os toman as esperanzas,
Si os taladran las bonanzas.
Sin que os resistan disculpas,.
Embestid bárbaras culpas,
Acamad nobles venganzas.
Vase, y dispierta Margarita
Marg. Ya mi pecho lastimado
Deja un sueño natural,
¡ Qué poco descansa un mal!
¡ Qué poco duerme un cuidado!
Que al corazón, si es hallado
En un sosegado aliento,
Despiertan con durc intento
Porque el sentimiento deja,
Ya las voces de una queja,
Ya los golpes de un tormento,
Tomo el ,papel, y Clavea,
Según lo dijo Violante,
Lo ha de llevar a su amante,
Que al Duque y a mi amor desvea;
Al papel mi pecho apea,
Si bien temo en mi pesar
Que estoy tan hecha al penar,
Y contraria de la dicha,
Que le pegue la desdicha,
Que le inficione el azar.
Vase
Sale Carlos, y Dinero
Carl. Qué Margarita le adora?
Din. De Fabio, señor, lo sé:
Y para más desengaños
Me dijo que por no hacer
Escandaloso el palacio
Se hablaban en el vergel.
Carl. Cielos ! ¡ hay mayor mudanza !
Din. ¿ De qué te admiras? ¿ no ves
Que es sinónimo del tiempo
Ser inconstante, y mujer?
No ves, señor, que mujeres
En la amorosa pared
Son arañas del amor,
Si enganos quieren tejer?
No ves que cuando son Damas
De Cupido en ajedrez,
Ora aquí, ora acullá,
Nunca firmes se han de ver?
No ves que siempre una Dama.
Cuenta al amante fiel
Falsas monedas de engaños
Cuando le paga el querer?
No ves que cuando as llama
Primas quien las quiere bien,
Luego se tccan de falsas,
Con que destemplan a f e ?
Finalmente cuanto digo
De su inconstancia, y doblez,
Es, señor, tan ordinario
En ellas, como su mes.
Paseándose
Carl. Busquemos en fin disculpas,
Corazón quejoso, pues
Si la quero disculpar,
Ya no me siento ofender.
Amor as disculpas finge,
Mira Amor, quehalas también,
Cuando en su culpa el tormento,
En su disculpa 'el placer.
Dime agora, Margarita
Me ofende? no: que no es bien
Que a murmures villano,
Si te precias de cortés.
¿ Es cierto lo que me dice
Margarita? es cierto: que
Agravia mucho a quien ama
Quien a quien ama no cree,
Pero celos al discurso
¿Qué decís? Mas ya se ve,
Como sois de amor contrarios,
Que contra, amor respondéìs
Celos Margarita quiere
Al Duque, sí, pues ya sé
Que con proceder bizarro,
Que con tierno proceder
La festeja Castellano,
La requiebra Portugués.
Aunque soy Carlos Farnesio,
El Duque, un Príncipe es:
Que en sobornos de un cariño
No sé qué tiene el poder,
Que es imán para un favor,
Que es flecha para un desdén.
Pero, Amor, ¿qué me respondes?
¿ Ésto es así ? no: porque es
Tan fiero el vulgo, que siempre
Quiere prostrar a sus pies
De la inocencia a palma,
De la pureza el laurel.
Pero, celos, ¿ qué decís ?
Ha de ser cierto ? ha de ser;
Que si tantos lo publican,
No mienten todos, porque
Por costumbre, o por castigo
Del engaño descortés
Si éste en mentiras se añubla,
Luce en verdades aquél.
Amor, ¿ amaremos? sí.
Pues lo quieres, amaré ;
Celos, amaremos? no:
No amaré, pues lo queréis
Amor amemos, que agora
El afeto se ha de ver
Más lucido en el agravio,
Que as .estrellas con el
Manto obscuro de a sombra
Suelen mejor parecer.
En fin amemos, venzamos
Los celos; pero ¿tendré
Fino amor a quien me engaña ?
No es justo, celos, seré
Vengativo en el despreció,
Que lo mismo siempre fué
Una ofensa no vengar,
Que otra ofensa pretender.
De más, que si el Duque adora
A Margarita, daré
Al olvido mis finezas,
Que un Príncipe, ¡ ah dura lev
Es un vidrio que se empaña
De formidable altivez,
Con cualquier aire de agravio ;
Es un mar que con cualquier
Viento de ofensas altera
Con poderoso byben.
En olas de vengativo
Tempestades de cruel.
Qué-he de hacer en este empeño,
Alma mía, ¿qué he de hacer?
Amor me enciende el afecto
Celos hielan el desdén,
De suerte que el corazón
No puede de una, y otra vez,
Ni aquela nieve gustar,
Ni aquela brasa encender.
Din. Deja ya locas sospechas,
No quieras, señor, verter
Al perejil del amor
De las sospechas la hiel;
Mira que los celos pegan
Con mordedura infiel,
Porque son perros del alma,
Que el alma suelen morder;
Deja en fin estos discursos,
Que bien puedes conocer
Esta noche el desengaño.
Carl. No dices mal, yo veté
Si son falsos mis recelos,
Si es constante su querer.
Din. En el jardín lo verás.
Carl. Al jardín le pediré
Que me diga sus afectos, - -
Porque bien se puede hacer
Lo florido de un jardín
Intérprete de una fe. Vanse
Suenan cajas, y ruido de arcabuces, y salen
Enrique con bastón, y soldados
Enriq. Dichoso el día, que a mi patria llego,
Donde idolatra el alma al aniño ciego;
¡ Oh si cantara amor, si estoy triunfante,
Otra noble vitoria por amante
1 A tu famosa diestra
No poco debe el Duque pues nos muestra
Que cría Mantua en su marcial desvelo
Más cuerdo Fabio, más feroz Marcelo.
2 Queda Florencia al César sujetada,
Y con tu brazo bélico ganada,
Y tres veces tu honor ilustre se haga
Por valiente, por sabio, por Gonzaga.
Enriq. Soldados, esta palma esclarecida
Por vuestra gloria sólo es apaudida,
Que en el suceso del conflito airado
Gobierna el Capitán, obra el soldado.
Pero ya que la noche
Apresta contra el día el negro coche
Para salir de estrellas coronada,
(Si un consejo os agrada)
Esperemos mañana, que arrogantes
Entraremos en Mantua más triunfantes
Con la feliz vitoria,
Que de una ostentación se hace una gloria.
1 Es el día escusado, y bien te engañas,
Que lucen mucho, Enrique, tus hazañas,
2 Aunque de noche vamos,
Harta gloria llevamos
En tu presencia, que en acompañarte
Quien lleva a Enrique, desconoce a Marte.
Enriq. Amigos afamados
(La lisonja os aceto por soldados),
No entréis en la ciudad como decía,
Que antes que Apolo nos bosqueje el día,
Ver a mi hermana disfrazado quiero,
Por dar halagos a mi amor sincero,
O por decir mejor, saber deseo ap.
De mi Vioante en mi amoroso empleo,
Que dos veces padece el alma ausente,
Siente el alma el amor, la ausencia siente.
Ambos Somos, Enrique, todos obedientes.
Enriq. Camino a Mantua, recoged as gentes.
Vanse
Salé de noche Carlos, y Dinero
Carl. Quisiera el piadoso Cielo
Para alivio feliz de mi desvelo,
Que puedan mis dolores
Prender sospechas, y soltar amores:
Que son dos gustos a pesar de un daño,
Después de una sospecha un desengaño.
Din. Sabrás, señor, aquí lo que a incita
Cuando mandó lamarte Margarita.
Que no se ha de decir que al bautizado,
Vienes del niño amor, sin ser llamado.
Sale Fabio, y un criado
Fab. Aquí me dijo el Duque que esperase,
Y que aquí le aguardase,
Porque pueda en tiniebas cautelosas
Examinar constancias amorosas,
Que todo amante entre sospechas crudas.
Todo es hecho de dudas. -
Criad. Retirémonos pues a aqueste lado.
Fab. Lince sea del Duque mi cuidado.
Retíranse
Carl. Pero, según lo creo,
Allí dos hombres veo,
Que parecen que quieren sus intentos
Estorbar mis dichosos pensamientos;
Que no es la vez primera, que a una dicha
Malogró de un estorbo la desdicha.
Din. Señor, tente un poquito
A ver si tomo cólera, y permito
A mi valor aquesto,
Porque un grande valor no se hace presto.
Carl. Cala, cobarde, porque ¡ vive el Cielo!
Que contra mi desvelo
Aunque sus hierros fuesen vivos rayos,
Les diera mil desmayos,
Tanto, que han de sentir primero airada
Su muerte, que mi espada.
Fab. Mirad que viene gente,
Susténtese el lugar con brío ardiente,
Que a causa de un Rey enciende el brío
De cualquier hombre, cuanto más el mío.
Din. Mal haya el criadillo, que es serviente
Del hombre, que es valiente,
Que ha de reñir con él, y defendello
Entonces sin comello, ni bebello.
Sacan las espadas
Carl. ¿ Quién es?
Fab. ¿Quién va?
Din. ¡ Qué voz tan desabrida!
¡ Que un' quién va, y un quién es quite una vida!
Carl. Esta espada primero
Dirá quién soy; que de un valor severo
Mejor se sabe la nobleza ufana,
Que de una voz liviana.
Riñen
Fab. ¡ Qué buen pulso de esfuerzo generoso!
Criad. ¡ Oh cómo siento su valor famoso!
Carl. Que una gloria os alcanza en vuestra muerte.
Criad. Muero, ¡ ay de mí !
Cae
Fab. ¡ Qué adversidad esquiva!
Irme de aquí conviene.
Carl. Mi amor viva,
Porque en este embarazo
Venció mi amor, y peleó mi brazo.
Din. Buena respuesta hubieron
(Según las cuchilladas, que sintieron)
De un quién va, y con fácil ligereza
Metieron la respuesta en la cabeza.
Carl. Vamos; que no me encuentre el Duque airado
Que temo ser, Dinero, castigado. Vanse
Sale Enrique de noche con la espada desnuda
Enriq. Ruido de espadas a esta parte siento
Cuando quisiera mi amoroso intento
(Viendo a Violante en plácida alegría)
A pesar de la noche ver el día.
Pero un hombre a mí viene
Con pasos presurosos, y conviene
Saber quién es.
Sale Carlos
Carl. Huir agora quiero,
Porque quién soy no sepan.
Enriq. Caballero,
¿Dónde con pasos camináis veloces?
Carl. A vuestra cortesia en pocas voces
Respondo; yo he muerto por un caso
A un hombre por valor, o por acaso;
Temo que me conozca la justicia,
Y huyendo voy, como me veis.
Enriq. Codicia
Tanto mi pecho, hidalgo, el ampararos,
Que a mi casa lievaros
Pretendo, andad conmigo.
Carl. Decid quién sois, pues vuestros pasos sigo.
Enriq. Vos lo sabréis después.
Que bien dice quién es quien favorece.
Carl. Ya bien se ofrece
Entran por una puerta, y vuelven a salir por otra
Enriq. Aquí pues retirado
Podeis estar, señor.
Carl. Bien explicado
Vuestro honor se conoce por ilustre,
Para que en tanto lustre
Ambos quedemos al favor dichoso
Agradecido yo, vos .generoso.
Enriq. Mi cuarto es éste, y en él quiero ocultaros,
Y voy saber el caso por libraros;
Quedad aquí, que luego vendré a veros.
Vase
Carl. Azares fieros
Me afligen; mato un hombre, otro me ayuda
Sin conocerlo yo, y en esta duda.
Más se abulta mi enleo,
Pues Zagora me veo
En el jardín, donde esperaba agora
A 'Margarita bella; y pues se ignora
La causa deste obscuro labirinto,
Con el socorro de mi vario instinto
Quiero saberlo, y adeante paso
Por estorbarme agora algún fracaso,
Que no quiero que aquí venga aquel hombre,
Y que sepa mi nombre,
Pues ya recela mi discurso sabio.
Que aquel hombre era Fabio,
Que me trujo en su cuarto, pues habita
En el jardín del Duque; ansí se evita
Otro peligro, porque si él supiera
Quién soy, al Duque amante lo dijera;
Y así de aquí me aparto,
Y me voy a otro cuarto.
Pásase a otro, y sale Margarita
Marg. Cuando el amor se aviva,
Es ciega luz, si enciende,
Libre cárcel, se prende,
Si mata, muerte viva;
El alma en fin me advierte
Ciega luz, libre cárcel, viva. muerte.
Si un desprecio se expone,
Sombra vil se parece,
Hielo tibio se ofrece,
Nube ingrata se opone;
En fin mi amante trata
Sombra vil, hielo tibio, nube ingrata,
Cuando plantas se alientan,
Cuando lilios respiran,
Cuando rosas se admiran,
Cuando en fin más se ostentan
Con soberbias hermosas,
Caen plantas, secan lilios, mueren rosas.
Si bienes se festejan,
Si dichas se reciben,
Si amores se conciben,
(¡Ah fortuna!') se alejan,
Que en ludibrio de flores
Bienes coge, huela dichas, corta amores.
Con quejoso albedrío,
Con suspiros, y llanto,
Sienten tormento tanto
El Cielo, el viento, el río,
Pues da mi sentimiento
Queja al Cielo, agua al rio, fuego al viento.
Sale Carlos
Carl. Una mujer se queja astimosa
De algún ingrato amor; que a impiedosa
Fortuna entre iguarias de inconstante
Da por postres as quejas de un amante.
Marg. Un hombre allí diviso,
Que sale de aquel cuarto, y es cierto aviso
Que será el Duque sí, que viene a hablarme
Aquí, como costumbra.
Carl. Atormentarme
Quiere el amor, no sé si es Margarita;
Que a conozca el ciego Dios permita,
Si bien en sus traiciones fementida
Bien la juzga el amor desconocida.
Marg. Duque!
Carl. ¿ Eres Margarita?
Marg ¿No conoces
Mis mal formadas voces?
No es bien que hablemos alto, escucha un poco.
Carl. ¡ Ah mudable! ¡ ah druel ! dos veces loco ap.
Me hacen en mis desvelos,
Una vez su traición, y otra mis celos.
Marg. i Duque amado!
Carl. Sentidos, ap.
La ponzoña bebed por los oídos.
Marg. Duque amado, una Dama
Cuando enciende en su . pecho ardiente llama,
Padece de un ingrato los dolores
Por dejar neciamente los rigores,
Que luego en las venturas de admitide
Ciégase ingrato quien se ve querido.
Si tengo más amor, más me aborreces
De suerte que me ofreces
Tal rigor, tal efeto de enemigo,
Que más me ofendes, cuanto más te obligo.
Bien como humildemente entre verdores
Besa arroyo. los pies de hermosas flores.
Siendo en el prado, si el cristal desata,
Pobre lisonja de sonora pata:
Mas después, si ha, llovido.
Con extranjero aljófar presumido
Siendo de aquellas flores Parca undosa,
Desprecia lilio a lilio, rosa a rosa.
Así pues caminabas en tu intento
Con humilde, si amante pensamiento,
Lisonjeando en el desdén, que amabas,
Estas prendas, que flores me lamabas;
Pero agora en favores arrogante,
Que te dió liberal mi amor constante,
Estas flores desprecias sin recelos,
Formando mal a mal, celos a celos.
No siento muchc, no, ser despreciada,
Porque lo puedo ser, sin ser culpada,
Mas ser traidora, sí, bien - siento agora,
Porque culpada estoy, si soy traidora.
En fin para doblar el mal que lloro,
Dejas mi amor, infamas mi decoro;
¿Yo quiero a Carlos, yo? qué poco entiendes
Como esta alma, que es tuya, tanto ofendes;
Que si supieras a tristeza suya,
No dieras tanto mal a un alma tuya.
Dices que estimo a Carlos, cuando apuro
De tal suerte en mi amor lo firme, y puro,
Que bien pudiera con afectos míos
Vencer los montes, exceder los ríos.
¿ No te acuerdas, cruel, de los favores,
Que por mi" mal te dieron mis amores?
Mas ¡ ay ! que siempre por costumbre, o vicio,
Es Letes del ingrato el beneficio:
¿Cómo piensas que formo aleve intento,
Cuando por más amarte me alimento
De dos amores duplicada palma,
Uno en el corazón, otro en el alma?
¿Son traiciones finezas?
¿ Son mudanzas firmezas?
Es delito el quererte ?
Amarte es ofenderte?
Mas sí, que un pecho ingrato en recompensas
Por no .pagar favores, finge ofensas.
En fin Duque inconstante, Duque amado.
Carl. Aleve a mi cuidado,
Cómo quieres librarte de la culpa,
Cuando tu culpa se hala en tu disculpa?
Di, pues, que tanto estimas lo culpado,
Que Io repites ya, por darte agrado.
¡ Oh cómo un pecho, cuando agravios trata,
En la ofensa que da su voz desata,
Por tener doble gusto al repetirla
Un gusto en cometera, otro en decirla!
Marg. Pues se escucharme quieres
Tu hermana en este air.
Carl. ¿"Qué me refieres?
Hermana tengo yo, pues ya se alcanza
Que hermana de mi amor fué tu mudanza.
Marg. Quédate pues, ingrato, a mis desvelos,
Castigue mi desprecio infames celos;
Que si el .honor ,peligra en insolencias
De celosas licencias,
Bien puede ser sin riesgos de infamada
Una acción descortés, acción honrada.
Vase
Carl. Cómo, tirano Amor, en mi tormento
Padezco agravios, y venganzas siento?
¿ Cómo mi ingrata que el delito entiende,
Se ofende de que diga que me ofende?
Mas sí, que quien no puede hallar disculpa,
Finge el pesar, que desmentir la culpa.
Margarita me escribe,
Que al jardín desengaños apercibe,
Trae a carta Cavea,
Y agora Margarita se desvea
(Pensando que era el Duque) en agraviarme:
¿Qué es esto, Amor, que pudo ocasionarme
Tan engañoso mal? mas ¿ qué pregunto ?
Si el engaño es de amor más cierto asunto.
Corazón desdichado, y astimoso,
Soltad cadenas de un amor quejoso,
Que amar, siendo el agravio recibido,
Es festejar desaires de ofendido;
Querer a quien es grata en otro empleo
Es villana locura de un deseo;
Competir con un Príncipe en amores
Es buscar neciamente los rigores;
Es forjar una espada
Contar la propia vida destinada.
En fin, daqui me ausento en tantos daños.
Porque no se prorroguen más engaños :
Que contra mis venturas
Este jardín es relva de aventuras,
Y un encanto parece enleo tanto,
Mas no es mucho, -que Amor es todo encanto.
Vase
Sale el Duque de noche -
Duque Entré en este jardín, y un hombre muerto
Topan mis pantas con juicio incierto;
No encuentro a Fabio cuando aquí peusaba
Que mi gusto lo halaba,
Solamente me dijo una criada
De mi furioso amor amedrentada,
Que en aquel cuarto un hombre se ha escondido,
Contra el gusto de un. Príncipe atrevido,
Y ansi en el cuarto me entro como airado,
Que de un celoso nace un agraviado.
Éntrase en el cuarto, donde Carlos pri-
mero estuvo cuando vino con Enrique, y
sale Violante -
Viol. Es mordaza a mi terneza, Nobleza
Es prisión a mi amor ledo, Miedo
Es verdugo a mi esperanza; Venganza
Cuando pues mi pecho alcanza
Un solo amor, en castigos
Se oponen tres enemigos,
Nobleza, Miedo, Venganza.
Ofusca a verdad pura, Desventura
Inficiona al pasatiempo, Tiempo
Tiraniza al dios Cupido Olvido
Con gran razón he sentido
Recelos del bien querer,
Porque son para temer
Desventura, tiempo, olvido.
¿Quién desbarata el temor? Valor
¿Quién apoya a pureza? Firmeza
¿Quién afina el pensamiento? Tormento
Si quiero pues el contento
Que gane de amor a palma,
Vivifique siempre el alma
Valor, firmeza, tormento.
¿Quién enciende blando ardor? Amor
¿ Quién le provoca los daños? Engaños
¿ Quién le alienta los, desvelos? Celos
Tiene en fin justos recelos
De Carlos a dulce lama,
Que habitan siempre en quien ama
Amor, engaños; y celos.
Sale el Duque de donde había entrado
Duque Todo el cuarto he revolvido
Y no han halado mis penas
Hombre alguno; pero aquí
Alguna mujer se queja;
Debe pues ser Margarita,
Según mi amor lo desea.
Viol. En aquel cuarto, que veo,
Me dijo agora Cavela
Que un hombre estaba escondido,
Y según las claras señas
Le parecía ser Carlos;
Quiera Amor que Carlos sea,
Que no siempre en los estorbos
Los deseos se atropelan.
Pero del cuarto ha salido,
Y por temor, o cautea
Se ha detenido, y callado,
Oquiera la suerte, o quiera
Que a tantas puras verdades
Quiebre una vez las cadenas.
Carlos. ¿ Él es? yo quiero llamarlo.
Duque Con voces pequeñas
Me haba, que mal se conoce
De su voz a diferencia;
Yo también quiero imitarla
Con voz baja, que no entienda;
¿ Eres Margarita?
Viol. Sí. Soy.
Duque Mejor dijeras ap.
No Margarita, traidora.
Viol. Carlos cruel, bien pudieras
Conocer bien mis verdades,
Sentenciar bien mis firmezas,
Porque no fueses tan necio,
Que a pesar de nobles prendas
Me condenes la mudanza
Sin escuchar a nobleza.
Si amo al Duque, mi castigo
Los cuatro elementos sean,
El agua a mi sed se esconda,
Embargue mis pies la tierra,
Negue-se el aire a mis voces
El fuego lamas me vierta;
En fin para más dolores,
En fin por mayores penas,
Siendo amante de otra dama,
Con mil envidias te vea
Amimaria con alagos,
Cariciara con finezas.
Si quieres que Amor agora
Cuando en nuestras almas reina,
Su dulce imperio asegure,
Destierren as almas nuestras
Esses traidores engaños,
Esas rebeldes sospechas.
¿Qué respondes?
Duque ¡Ah desdichas!
¡ Oh cómo sois verdaderas !
Que no muera, si esto escucho!
Que si esto escucho, no muera!
Mas no, que siempre la Parca,
Que de buen gusto se precia,
Cortar no quiere una vida,
Si a marchita una pena.
Traidora, ingrata, que dices, a ella
Si tus delitos confiesas,
Que en castigo muchas veces
De la traición que se intenta,
El delito se descubre
Con lo mismo que se niega.
Quiero aquí pues retirarme ap.
Hasta que se vaya aquella
Ingrata, y después airado
Volveré al cuarto, que esperan
Aquí mis iras a Carlos,
Porque puede ser que aun venga,
Pues Margarita en sus voces
Aquí le esperaba.
Vase el Duque
Viol. ¡ Ah penas!
¡ Que verdades se aniquilen!
¡ Que mentiras prevalezcan!
Decidme, Cielos a causa,
Que al bajel de amor altera
Este confuso naufragio,
Esta engañosa tormenta.
Son, por ventura, o desdicha,
(Cuando agradecerse esperan)
Los desengaños traiciones,
Y las disculpas ofensas?
¡ Ah, congojosos engaños,
Que siempre Amor los alienta!
¡ Ah de un racional juicio
Bastardo arbitrio, que piensa
Por mentira el desengaño,
Por delito a inocencia.
Sufrid, corazón, sufrid
Esta ignorada tragedia;
Vida, sentid los pesares,
Pues no extrañáis las tristezas:
Amor, resistid valiente
Cuando los celos pelean:
Alma, a pesar de rigores,
Seguid siempre sus banderas:
Que luego el engaño espira,
Las verdades nunca secan:
Al Otubre llega el Mayo,
El Sol la sombra destierra,
Todo a la suerte se prostra,
Todo al tiempo se hace cera:
Quien no sospecha, no quiere.
Quien más ama, más recela;
No son los celos agravios,
Que son los celos finezas:
Porque como perder lo que aman sientan
Es cariño el enojo, amor la queja. Vase
Vuelve el Duque
Duque Ya que se fué Margarita,
Amor, de espía a mis penas
Has de servir, que aunque ciego,
Tu ves más, cuanto más -ciegas.
Carlos vendrá como juzgo,
Y mis furores se aprestan,
Porque se abrasen, venganzas
Las que se empluman ofensas:
Que hay escarmientos de fuego
Para delitos de cera.
Aunque Carlos es mi amigo,
No he de atarme a la peciencia;
Venza el amor la amistad,
Un gusto a otro gusto venza.
Demás, que Carlos infame
Por amigo no se atienda;
Que quien va contra mi gusto,
Tiene de enemigo señas;
En fin, con mil atenciones,
Amor, ciegamente vela,
Que si cuidado te logras,
Vigilancia te confiesas.
Éntrase en el cuarto donde había estado,
y sale Enrique
Enriq. Ya la justicia ha dejado
La calle, que aunque se lleva
El hombre muerto, no sabe
Del homicida, y se alegra.
Mi gusto de haber librado
Aquel hombre, que hoy quisiera
Saber quién es; Caballero,
Salid a esta sala.
Sale el Duque con una daga desnuda
Duque iMuera
Este traidor!
Enriq. ¿ Qué es aquesto,
Hombre ingrato?
Saca la espada Enrique
Duque Pagarás
Tus traidoras insolencias.
Enriq. Ingrato, muere a mis manos.
Duque Contra mí a espada alteras?
Ola.
Sale Fabio con una luz
Fab. Qué es esto, señor ?
¡Que Enrique al Duque se atreva!
Duque ¿Qué es esto, suerte engañosa?
¿ Qué confusiones son estas?
Enriq. ¿Qué es lo que miro, ah congojas?
Al alma la vista enlea;
¿ Que al mismo Duque he librado
De la justicia severa,
Y que me pague en rigores
Lo que me debe en finezas?
Pone la espada a los pies del Duque
Duque ¡ Enrique!
Enriq. Señor.
Duque ¿Tú, aquí,
Y a éstas horas, sin que sepa
Yo tu venida?
Enriq. He llegado
Con disfrazadã cautea
Solamente a la ciudad,
Dejando las gentes fuera
De los muros, por ser moche:
Porque la vitoria nuestra
A a luz del Sol infante
Haga ilustre competencia
El Sol triunfante en él Cielo,
Si nosotros en la tierra;
Nosotros contra los hombres,
Él contra escuadras de estrellas.
Pero dejando esto a parte
Para el tiempo, en que se deba
Contar el trofeo glorioso,
Como mañana se espera,
Queriendo pues esta noche
Ver a mi hermana, que ausencias
Tiranizan en cuidados
L.o que habilitan en penas,
Antes que llegué al jardín
Te veo a ti, que con priera
Caminabas, como quien
De la justicia se exenta,
Na edição príncipe: dava.
Hasta que como tú sabes,
En este cuarto; mas dejan
De referirlo mis voces,
Cuando agora más suspensa
Extraña el alma tus iras,
Pues con furiosa indecencia
Desabonas en traiciones
Lo que acredito en defensas.
Duque No te. entiendo tus palabras,
¿ Qué dices, Enrique?, ¿ 'sueñas ?
Enriq. Dices bien, que el beneficio
Leve sueño se escarmienta,
Pues pasa de a memoria
Como sueño de a idea.
Duque Enrique, estás engañado,
Ni es posible que eso fuera.
Fab. El hombre, a quien diste ayuda,
No es el Duque, es cosa cierta;
Cuando socorriste a un hombre,
Que en esta noche sangrienta
A un criado, que conmigo
Alentaba la pelea,
Ha muerto, y como tú dices,
De la justicia resuelta
Con tu favor se ha librado
Enriq. ¡ Toda esta noche es quimera!
Pues cómo en el cuarto mismo
Te hallo aquí, ¿cuando con fiera
Resolución me acometes?
Duque Disimulemos sospechas, aÿ.
Que no es bien que Margarita
Culpada en ,su amor se vea,
Cuando hablo aquí con su hermano,
Porque basta, Amor, en ela
Que me queje de un cuidado
Sin que arriesgue una nobleza.
En este cuarto, que ves,
Entré yo, porque quisiera
Quitar a vida al infame,
Que tú amparaste, y en esta
Noche cuando tú venías,
Pensando ciego que él era,
Brotó, Enrique, mi coraje
Indignaciones sangrientas.
Enriq. Que el hombre, señor, se ha ido
Sin que, Cielos, yo supiera
Quién es, confusión extraña?
Duque Yo lo sabré, ¿ qué te enleas?
¡ Ah Carlos traidor! y aleve, ap.
Que al mismo tiempo fomentas
A mi palacio alborotos,
A mi gusto resistencias;
Ya sé que fuiste el traidor
Homicida.
Enriq. ¡ Noche fiera!
Duque Quitaré, Enrique, a vida
A quien hizo esta insolencia.
Vamos de aquí, porque quiero
Saber las gloriosas muevas
De. la vitoria, que agora
Alcanzaste de Florencia;
Si bien me ha dado un disgusto
Saber que en una refriega
Ha muerto Enrique el de Orange,
Y de vos con más certezas
Sabré el caso.
Enriq. Mis verdades
Te lo dirán. Quién creyera, ap.
Violante, que amando siempre
Con fe limpia, y verdadera,
Cuando de engaños me libro,
Engaños me acometieran?
Duque Huye, Carlos, de mi furia,
Que mil vengánzas te esperan.
Enriq. Amor, advierte a Vicante
Que este cuidado agradezca..
Vanse
JORNADA TERCERA
Sale el Duque, y Fabio
Fab., Hallaste, señor, alivios
En tus males ?
Duque Sabrás, Fabio,
Que después de aquela noche,
Noche en fin para mis daños,
Pues también en sus tinieblas
Anocheció mi cuidado,
Me descubrió Margarita,
Dando al amor el descargo,
Que de Carlos el afecto
No sigue sus ojos caros,
Y que a Violante, mi hermana,
Siendo juntamente amado,
Requiebra ciego entendido,
Adora cortés ufano.
Averiguo desta suerte
Mentiras de celos, cuando
Hablando yo con mi hermana.
Pensé que a estaba hablando.
¡ Oh cómo engaños ocultos
En a noche se han halado !
En fin es mujer a noche,
Que de tinieblas con manto
Tapándose ojos de luces,
Rebozos forma de engaños.
De más que un pecho celoso
Como se juzga agraviado,
Todo se le abulta ofensa,
Todo se le pinta agravio.
Con mi hermana finalmente
Sobre estos amores hablo,
Y luego en mis confusiones
Me dice que adora a Carlos,
Entre voces mal distintas,
Y temores bien formados:
Que una mujer si descubre
El dulce amoroso llanto,
Es prólogo del afecto
La turbación del recato.
Pensarás que el alma mía
Lo sintió por menoscabo
De mi sangre, pues no pienses
Que lo sintió ; porqueestando
El alma llena de celos,
No cupo en dolores tantos
De otra traición el tormento,
De otro amor el desagrado.
¿Viste acaso un sauce hermoso,
Que los ojos lc juzgaron
Cortés lisonja del viento,
Caricia amena del campo?
Si fuere de un golpe agudo
Tiranamente cortado,
Vuelve otra vez presuroso
A nueva vida, brotando
Lo vegetativo de hojas
Lo bullicioso de ramos
Así pues mi pensamiento
(Que por sauce lo comparo)
De mil agrados vestido,
De mil finezas ornado,
Fué cortado con el golpe
De los celos temerarios;
Pero después venturoso
Por se ver desengañado,
Vuelve a brotar las finezas,
Vuelve a engendrar los agrados:
Fab. Pero, Señor, qué pretendes
Cuando sabes que es amado
Carlos de tu hermana?
Duque Agora
Mandé llamarle, esperando
Que a mi . hermana pretendida
Corresponda amante grato
En aquel lazo amoroso,
En aquel consorcio sacro,
Do se desfruta lo bello
Sin profanarse lo casto.
Fab. Haces bien, porque es ilustre
(Descendiente de los caros
Duques de Parma, y as armas
En tu servicio ha tratado.
Duque Esta elección me contenta,
Pues con ela satisfago
A mi honor en los empeños,
A mi amor en los halagos.
Fab. Ya Carlos llega a tus plantas.
Sale Carlos
Carl. Aquí, señor, un esclavo
Viene a ofrecerse dichoso.
Duque Sal de aquesta cuadra, Fabio.
Vase Fabio
De espacio, Carlos, hablemos
En la importancia de un caso,
Porque negocios de peso
Piden balanzas de espacio.
Sale Enrique, y dice ap.
Aquí están Carlos, y el Duque,
Quiero escuchar retirado
Lo que dicen; que a mi pecho
Le alborotan sobresaltos.
Duque Supe agora de mi hermana
Para celosos descansas,
Que te quiere, y tú le adoras:
Por ser pues tu amigo, usando
De la piedad, lo consiento,
Aunque pudiera añublado
Con el vapor atrevido
De tus intentos livianos
Alterar truenos de horrores,
Mover borrascas de estragos.
Quiero en fin, Carlos, que cases
Con mi hermana, y bien te pago
La lealtad, con que me sirves
Alegre, dichoso, y grato
Enriq. Bien el alma ap.
Lo temía; pues le ha dado
A Violante por su esposa,
Murió mi amor.
Carl. ¡ Cielos Santos! ap.
!Qué engaño es éste! ¿qué el Duque
Me ofrezca su hermana? gano,
Si la aceto, gran ventura:
Pero no, que a mi amor hago
Gran ofensa, antes le diga,
Por evitar mayor daño,
Al Duque mi afecto.
Duq. Carlos,
¿ No respondes?
Carl. Duque excelso,
De Mantua Príncipe amado,
En que dudan reverentes,
Cuál es más, los adversarios,
Si en tu denuedo lo invicto,
Si en tu gobierno lo sabio;
Bien conozco en tus favores
Lo que logro con la mano
De tu hermana; pero agora
En el riesgo amenazado
Rompa el pájaro la liga,
Abrase al muro un portazgo,
Destierre el Sol la tiniebla,
Salga de la nube el rayo ;.'
Corra el amor la cortina,
Quiebre al secreto el encanto:
Descubra en fin las verdades,
Diga el pecho los engaños,
Que quien la verdad oculta
A un Príncipe soberano,
Más que torpe mentiroso
Es un traidor disfrazado.
Sabrás pues (benigno escucha)
Que quiero (deja lo airado)
Constante, (ruegos te muevan)
A Margarita, adorando
Entre devotos suspiros
De su rostro el simulacro,
Siendo altar mi pensamiento,
Mi corazón holocausto,
La pira un fuego amoroso,
El ministro un Dios vendado.
Cuando supo mi desdicha,
Después de haberla adorado,
Que es tu Norte el Astro mío,
Que mi papel es tu ensayo,
Que -es mi lazo prisión tuya,
Que mi viento es tu naufragio;
Volvióse luego en mis penas
(¡ Oh qué tormentos contrarios?)
Trágico asuntó el papel,
Estrella infeliz el Astro,
Tempestad de amor el viento,
Garrote del alma el lazo.
En fin queriendo mi pecho
Extinguir el fuego blando,
Quedó mi amor siempre firme,
No temiendo en lo obstinado
De tus celos las tinieblas,
Aunque era luz de cuidados;
De tus rigores el Cierzo,
Aunque era de afectos árbol;
De tu poder la borrasca,
Aunque era baj el de halagos;
El mar en fin de tus iras,
Aunque era rio de llanto.
Cual, gran señor, la veleta,
Quei en lo instable se ha juzgado
Fácil burla de los soplos,
Mudo emblema de los años;
Si es impelida del aire,
Empieza a estarse mudando,
Agora para el Oriente,
Agora para el Ocaso:
Y al mismo tiempo la torre,
En quien ella se ha fundado,
Firme está, firme se apuesta,
Siendo a los soplos contrarios
Dura oposición del viento,
Constante adorno del campo.
Así pues como veleta
Mi pensamiento igualado
Ya con los vientos se muda
De dos intentos pensados
Al ocaso del olvido,
Al Oriente del agrado;
Pero mi amor como torre,
Sin que soplos temerarios
Le mudasen su firmeza,
De celosos embarazos
Duro se alienta a los riesgos,
Firme se opone a los daños
Agora pues que me ofreces
Tu hermana con tan gallardo,
Con tan generoso exceso,
Espero en ti confiado
Que me des a Margarita,
Y no sin razón lo alcanzo:
Que quien pretende una Dama,
Que en otro amor se ha empleado,
Más que capricho en lo amante
Es un desaire en lo hidalgo.
Dame en fin a Margarita
Por pariente, por esclavò,
Por amigo al fin, que es nombre
Tan gustosamente blando,
Tan dulcemente sonoro,
Que en beneficios rogados
Es para atraer esponja,
Es para pedir halago.
No propongas en mi pleito
De tus celos los embargos;
Despierta con tu clemencia
De mi temor el letargo;
Sea al Amor finalmente
(Cuando niño se ha llamado)
Tu piedad sabrosa cuna,
Tu favor dulce regazo,
Ve que eres Príncipe heroico,
En cuyo pecho sagrado
No han de habitar los rigores,
Pues ha de vivir preciado
Más de vencer gustos propios,
Que vencer reinos extraños.
Bien sabes que te he. servido
En los bélicos trabajos,
Pero no, calle la lengua
Mis servicios señalados;
Que en ellos, cuando son muchos ;
Puede un Príncipe obligado
Con gratitud recibirlos,
No sin disgusto escucharlos.
Sólo en tu clemencia espero
El generoso despacho,
Así tu vida copiosa
Con mil gustos. dilatados
Resplandezca en más hazañas,
Y florezca en más aplausos,
Que luces escribe el Cielo,
Que flores dibuja el Mayo.
Así logres una. Esposa,
Que tenga tan bien casado
La lisonja de lo hermoso
Con el blasón de lo casto,
En sucesión numerosa
De bellos hijos: que es tanto
En v Monarca este logro,
Que ellos con fuertes amparos
Establecen los Imperios,
Y prosperan los Estados.
Acaben, señor, los celos,
(Si valen mis ruegos algo)
Los celos digo, que son
Un áspid en verde prado,
Un infierno en dulce gloria,
Una niebla en Cielo claro,
Un naufragio en mar sereno,
Un eclipse en Sol dorado.
Duq. Qué es esto, fortuna impía?
¿ Éstos son los desengaños,
Que Violante me ha tejido,
Que Margarita ha formado?
¡Ah, mujeres, que en amores
Cortáis siempre, para ornarlos
De mil engaños la tela,
De mil mentiras el paño !
Enriq. Qué a Violante Carlos deje
Por Margarita? Estimadlo
Afectos míos; albricias,
Corazón enamorado.
Duq. ¿Qué no quieres a mi hermana?
Carl. Desnudas verdades hablo,
Sólo a Margarita adoro.
D. Pues ya que descubres, Carlos,
Tu pasión, yo te prometo
El dejarte libre el campo,
Si dijere Margarita
Que gratamente te ha dado
En dura guerra de incendios
Dulce vitoria, de agrados.
Que siendo así, fuera injusto
Que de mí fuese estorbado
Por envidia tu contento,
Que en amor dos males hallo
Querer morir de envidioso
Quien muere de despreciado.
Carl. Dejo ya 'de referirte
Mil cartas, que me ha mandado,
Porque en el juego amoroso,
Donde se ganan regalos,
Por divertir una pena
Las cartas juega un cuidado.
D. ¡Ah, traidora, que esto vea ! ap.
¿Y que no vea en pedazos
El corazón ? ¡ Ah desdichas !
¿Para qué es vivir penando?
Enriq. Corazón, hoy la osadía
Te ha de ocasionar halagos,
Si al Duque agora le pides
A Violante, pues alcanzo
Que también la dará a Enrique,
Pues él la ofrecía a Carlos,
Carl. - Agradeciendo mi pecho
Tus favores soberanos,
Voyme, señor.
Duq. Id con Dios.
Carl. Prospere el Cielo tus años.
Vase Carlos
D. Cuando pensaba mi afecto
Que hallaba ya desengaños,
Otros engaños renacen,
Reviven otros cuidados:
Mas no entiendo la razón,
Porque agora me ha engañado
Violante con Margarita;
Pero es ocioso el reparo:
Que una mujer siempre engaña
En amores desdichados,
No por cautela, por vicio,
No por temor, por agrado.
Sale Enrique de donde estaba
Duq. ¡ Enrique!
Enriq Señor.
Duq. Mil siglos
Viváis, pues siempre alentado
A vos, a mí, y a mi reino
Dais generosos aplausos: El de Gonzaga me escribe
Vuestro valor, y no pagó
Lo que debo a vuestra diestra
Con lo mejor de mi Estado.
Sale Violante al paño
Viol. No sé, Cielos, lo que Enrique
Habla agora con mi hermano,
Quiero oírlos desta puerta;
Atención, Amor vendado.
Duq. Pedid.
Enriq. Pues, señor, si puedo
Mereceras favor tanto, - - -
Aunque atrevido es mi intento,
De vuestra sangre me valgo;
Que heredé de mis abuelos,
Que aquí, como vos, reinaron,
Para pediros dichoso
De - vuestra hermana la mano,
Se bien como os vi tan fácil,
Que la ofrecisteis a Carlos,
No es mucho que peque agora
De imprudente, y temerario.
Bien sabéis lo que es amor,
Y como se arroja osado,
Que como ligero vuela,
Sube siempre a lo más alto.
Vuestra humanan f in os pido.
Y si esta ocasión me ha dado
Vuestro pecho de pediros,
Con que me habéis otorgado
De vuestro Estado, señor,
Lo mejor; ya pues lo alcanzo,
Pues me dais con vuestra hermana
Lo mejor de vuestro Estado.
Viol. Esperemos la respuesta, al paño.
Que quiero bien escucharlos.
Duq. Enrique si ella quisiere
Casar contigo, estimarlo
Es forzoso, y de mi parte
Te la ofrezco.
Viol. ¡ Cielos Santos!
Henriq. Agradezco esta fineza
A tus pies arrodillado.
Vase el Duque
Ya Violante tus rigores
Serán conmigo escusados,
Si fui tu amante infelice,
Seré tu esposo esperado.
Sale Violante
Viol. ¿Sois tan atrevido, Enrique,
Que me pedís a mi hermano,
Sin que en vuestras pretensiones
Ni un rasguño, ni un retrato,
Ni una sombra de favores
Os haya mi gusto dado?
Mas sí, que quien no merece,
Es atrevido, y villano,
Y más que de pretendiente
Se atreve de confiado.
Enriq. Señora, mi bien.
Viol. ¿ Qué es esto?
Enrique, cerrad el labio,
Que aunque mujer...
Enriq. Perdón pido,
Señora, de haber hablado;
Pero ved que confianza
Es mayor, que cuando a Carlos
Estiméis, el .os desprecia,
E yo, que soy despreciado,
Os estimo; ved agora .
Quién es aquí más villano,
Si quién despreciado estima,
Si quién desprecia estimado.
Viol. ¿Qué decís? Yo no os entiendo.
Enriq. Pues sabed que por descanso
De tantos celos el Duque
Ofreceros quiso a Carlos,
Y él en su amor poco firme
Fué tan necio, y tan ingrato,
Que os dejó por Margarita:
Era amado, no me espanto.
Liberal el Duque entonces
A Margarita le ha dado;
Yo viendo tal ocasión.
Para mi amor desdichado
Ser venturoso le pido.
Viol. No digáis más, bien alcanzo
Su ingratitud, idos fuera.
Enriq. Si sois .mi (Dueño . adorado.
E justo que os obedezea :
Que como señora, os amo,
El cortejo de obediente
Escalón es para amado.
Vase
Viol Carlos me quita el sentido,
Enrique dáme cuidado,
El Duque a Enrique me ha dado,
Y Carlos no me ha querido;'
Margarita me he fingido,
Y si esto amor me enseñó,
Bastardo arbitrio eligió,
Pues Carlos por fino amante
Ha despreciado a Violante,
Y a Margarita pidió.
Agora en mi dulce fuego
Es mi desdicha tan dura,
Que me daña la ventura,
Y me desvela el sosiego:
Que si a Carlos mi amor ciego
Grande constancia aconseja,
Tanto de mí más se aleja
Pues en su engaño ofendida,
Quien me pretende, me olvida,
Y quien me busca, me deja.
Sale Carlos
Viol. ¡Carlos!
Carl, ¡Margarita!
Viol. Aun duelos
Duran de torpes enganos
Carl. No se atreven viles daños
A tan ilustres desvelos:
Si son tempestad los celos,
No los temo en tu arrebol,
Que -cuando logro el farol
Hermoso de tu beldad,
No temo la tempestad,
Pues siempre me alumbra el Sol.
Pero es tan fino mi amor,
Que antes de amar tu hermosura
Con dos tiempos se asegura
Para su gloria mayor;
En las dichas deste ardor
Imagino que logrado
Tuve siempre mi cuidado,
Porque este gusto contente.
No sólo al tiempo presente,
Sino 'también al pasado.
Cuando el pecho no sosiega
Con llamas de un fuego blando,
Ya te impiezo a estar amando
Para el dia que aun no llega ;
Y en este amor, que me ciega
Discretamente el penar,
Queriendo el día esperar,
Soy tan fino en el sufrir,
Que antes que logre el vivir,
Ya me anticipo el amar.
Cuando consagro mi fe
A tan soberano bien,
A mí me quiero también,
Porque también acerté :
Y si en este amor me ve
El ciego alado rapaz,
Con otro amor me hallarás,
Y cuando otro amor altero,
Parece que menos quiero,
Sólo porque quiero más.
De suerte que al conocer
Estotra llama amorosa,
Bien puedes estar celosa,
Si ansi me vengo a querer:
En fin si pude emprender
Otro amor en el que sigo,
Extraños celos prosigo,
Pues cuando me quiero ansi,
Si tienes celos de mi,
Te doy los celos conmigo.
]
Viol. Ya que estás desengañado
De aquella noche tirana,
Dime si el Duque a su hermana
En sacro fiudo te ha dado:
Carl. Agora el Duque engafiado
Me ofreció su hermana.
Viol. ¿ Qué
Respondiste? mas ya sé
Que me olvidas, si te amé,
Que con color de prudencia
Una noble conveniencia
Hace villana una fe.
Carl. No tengas vano temor,
Que en tu celoso recelo
No ha de llegar a tu Cielo
De aquese agravio el vapor:
Que aunque en doblado favor
Me diera su Principado,
Nunca la hubiera acetado,
Pues ya logra mi amor tierno
De tu albedrío el gobierno,
De tu hermosura el Estado.
Viol. Con -mil engaños atroces
Teme, Carlos, mi afición
La mentira, y la traición
En tus suspiros, y voces;
No las creo por veloces,
Y. por liviano ardimiento,
Que aunque éstas, y aquéllos siento,
Dichos de amor, de amor tiros,
Son viento al fin los suspiros,
Al fin las voces son viento.
¿Viste un fuego, que en rigores
Lucidísiníos le aclamas
Oro líquido de llamas,
Sierpe trémula de ardores:
Con el leño sus furores
Brotan humo riguroso,
Que provoca a lo lloroso,
De suerte que a un tiempo ha sido
De la llama lo lucido,
Del humo lo tenebroso?
Así pues en tu afición
Tu amor agora se extiende,
Pues como fuego te enciende
El leio del corazón :
Recea en él mi opinión
Engañosas extrañezas
Pues brota a nn tiempo en mis daños
El humo de tus engaños,
El llama de tus finezas.
Carl. Con el mismo ejemplo yo
Te probaré mi sosiego,
Mover borrascas de estragos.
Quiero en fin, Carlos, que cases
Con mi hermana, y bien te pago
La lealtad, con que me sirves
Alegre, dichoso, y grato.
Enríq. Bien el alma ap..
Lo temía ; pues le ha dado
A Violante por su esposa,
Murió mi amor.
Carl. ¡ Cielos Santos! ap.
!Qué engaño es éste! ¿qué el Duque
Me ofrezca su hermana ? gano,
Si la aceto, gran ventura:
Pero no, que a mi amor hago
Gran ofensa, antes le diga,
Por evitar mayor daño,
Al Duque mi afecto.
Duq. Carlos,
No respondes?
Carl. Duque excelso,
De Mantua Príncipe amado,
En que dudan reverentes,
Cuál es más, los adversarios,
Si en tu denuedo lo invicto,
Si en tu gobierno lo sabio;
Bien conozco en tus favores
Lo que logro con la mano
De tu hermana; pero agora
En el riesgo amenazado
Rompa el páj aro la liga,
Abrase al muro un portazgo,
Destierre el Sol la tiniebla,
Salga de la nube el rayo
Corra el amor la cortina,
Quiebre al secreto el encanto:
Descubra en fin las verdades,
Diga el pecho los engaños,
Que quien la verdad oculta
A un Príncipe soberano,
Más que torpe mentiroso
Es un traidor disfrazado.
Sabrás pues (benigno escucha)
Quequiero (deja lo airado)
Constante (ruegos te muevan)
A Margarita, adorando
Entre devotos suspiros
De su rostro el simulacro,
Siendo altar mi pensamiento,
Mi corazón holocausto,
La pira, un fuego amoroso,
El ministro un Dios vendado.
Cuando supo mi desdicha,
Después de haberla adorado,
Que es tu Norte el Astro mío,
Que mi papel es tu ensayo,
Que es mi lazo prisión tuya,
Que mi viento es tu naufragio;
Volvióse luego en mis penas
(¡ Oh qué tormentos contrarios?)
Trágico asunto el papel,
Estrella infeliz el Astro,
Tempestad de amor el viento,
Garrote del alma el lazo.
En fin queriendo mi pecho
Extinguir el fuego blando,
Quedó mi amor siempre firme,
No temiendo en lo obstinado
De tus celos las tinieblas,
Aunque era luz de cuidados;
De tus rigores el Cierzo,
Aunque era de afectos árbol;
De tu poder la borrasca,
Aunque era bajel de halagos;
El mar en fin de tus iras,
Aunque era rio de llanto.
Cual, gran señor, la veleta,
Que en lo instable se ha juzgado
Fácil burla de los soplos,
Mudo emblema de los años;
Si es impelida del aire,
Empieza a estarse mudando,
Agora para el Oriente,
Agora para el Ocaso:
Y al mismo tiempo la torre,
En quien ella se ha fundado,
Firme está, firme se apuesta,
Siendo a los soplos contrarios
Dura oposición del viento,
Constante adorno del campo.
Así pues como veleta
Mi pensamiento igualado
Ya con los vientos se muda
De dos intentos pensados
Al ocaso del olvido,
Al Oriente del agrado;
Pero mi amor como torre,
Sin que soplos temerarios
Le mudasen su firmeza,
De celosos embarazos
Duro se alienta a los riesgos,
Firme se opone a los daños
Agora pues que me ofereces
Tu hermana con tan gallardo,
Con tan generoso exceso,
Espero en ti confiado
Que me des a Margarita,
Y no sin razón lo alcanzo:
Que quien pretende una Dama,
Que en otro amor se ha empleado,
Más que capricho en lo amante
Es un desaire en lo hidalgo.
Dame en fin a Margarita
Por pariente, por esclavo,
Por amigo al fin, que es nombre
Tan gustosamente blando,
Tan dulcemente sonoro,
Que en beneficios rogados
Es para atraer esponja,
Es para pedir halago.
No propongas en mi pleito
De tus celos los embargos;
Despierta con tu clemencia
De mi temor el letargo;
Sea al Amor finalmente
(Cuando niño se ha llamado)
Tu piedad sabrosa cuna,
Tu favor dulce regazo,
Ve que eres Príncipe heroico,
En cuyo pecho sagrado
No han, de habitar los rigores,
Pues ha de vivir preciado
Más de vencer gustos propios,
Que vencer reinos extraños.
Bien sabes que te he servido
En los bélicos trabajos,
Pero no, calle la lengua
Mis servicios señalados;
Que en ellos, cuando son muchos;
Puede un Príncipe obligado
Con gratitud recibirlos,
No sin disgusto escucharlos.
Sólo en tu clemencia espero
El generoso despacho,
Así tu vida copiosa
Con mil b stol dilatados
Resplandezca en más hazañas,
Y florezca en más aplausos,
Que luces escribe el Cielo,
Que flores dibuja el Mayo.
Así logres una Esposa,
Que tenga tan bien casado
La lisonja de lo hermoso
Con el blasón de lo casto,
En sucesión numerosa
De -bellos hijos: que es tanto
En un Monarca este logro,
Que ellos con fuertes amparos
Establecen los Imperios,
Y prosperan los Estados.
Acaben, señor, los celos,
(Si valen mis ruegos algo)
Los celos digo, que son
Un áspid en verde prado,
Un infierno en dulce gloria,
Una niebla en Cielo claro,
Un naufragio en mar sereno,
Un eclipse en Sol dorado.
Duq. ¿Qué es esto, fortuna impía?
¿Éstos- son los desengaños,
Que Violante me ha tejido,
Que Margarita ha formado?
¡Ah, mujeres, que en amores
Cortáis siempre, para ornarlos
De mil engañas la tela,
De mil mentiras el paño!
Enriq. ¿ Qué a Violante Carlos deje
Por Margarita? Estimadlo
Afectos míos; albricias,
Corazón enamorado.
Duq. ¿Qué no quieres a mi hermana?
Carl. Desnudas verdades hablo,
Sólo a Margarita adorò.
D. Pues ya que descubres, Carlos,
Tu pasión, yo te prometo
El dejarte libre el campo,
Si dijere Margarita
Que gratamente te ha dado
En dura guerra de incendios
Dulce vitoria- de agrados.
Que siendo así, fuera injusto
Que de mí fuese estorbado
Por envidia tu contento,
Que en amor dos males hallo
Querer morir de envidioso
Quien muere de despreciado.
Carl. Dejo ya de referirte
Mil cartas, que me ha mandado,
Porque en el juego amoroso,
Donde se ganan regalos,
Por divertir una pena
Las cartas juega un cuidado.
D. ¡ Ah, traidora, que esto vea! ap.
Y que no vea en pedazos
El corazón ? ¡ Ah desdichas!
¿ Para qué es vivir penando ?
Enriq. Corazón, hoy la osadía
Te ha de ocasionar halagos,
Si al Duque agora le pides
A Violante, pues alcanzo
Que también la dará a Enrique,
Pues él la ofrecía a Carlos,
Carl. Agradeciendo mi pecho
Tus favores soberanos.
Voyme, señor.
Duq. Id con Dios.
Carl. Prospere el Cielo tus años.
Vase Carlos
D. Cuando pensaba mi afecto
Que hallaba ya desengaños,
Otros engaños renacen,
Reviven otros cuidados:
Mas no entiendo la razón,
Porque agora me ha engañado
Violante con Margarita;
Pero es ocioso el reparo:
Que una mujer siempre engaña
En amores desdichados,
No por cautela, por vicio,
No por temor, por agrado.
Sale Enrique de donde estaba
Duq. ¡Enrique!
Enriq Señor.
Duq. Mil siglos
Viváis, pues siempre alentado
A vos, a mí, y a mi reino
Dais generosos aplausos:
El de Gonzaga me escribe
Vuestro valor, y no pago
Lo que debo a vuestra diestra
Con lo mejor de mi Estado.
Sale Violante al paño
Viol. No sé, Cielos, lo que Enrique ap.
Habla agora con mi hermano,
Quiero oírlos desta puerta;
Atención, Amor vendado.
Duq. Pedid.
Enriq. Pues, señor, si puedo
Mereceras favor tanto,
Aunque atrevido es mi intento,
De vuestra sangre me valgo;
Que heredé de mis abuelos,
Que aquí, como vos, reinaron,
Para pediros dichoso
De vuestra hermana la mano,
Se bien como os vi tan fácil,
Que la ofrecisteis a Carlos,
No es mucho que peque agora
De imprudente, y temerario.
Bien sabéis lo que es amor,
Y como se arroja osado,
Que como ligero vuela,
Sube siempre a lo más alto.
Vuestra hermana en fin os pido,
Y si esta ocasión me ha dado
Vuestro pecho de pediros,
Con que me habéis otorgado
De vuestro Estado, señor,
Lo mejor; ya pues lo alcanzo,
Pues me dais con vuestra hermana
Lo mejor de vuestro Estado.
Viol. Esperemos la respuesta, al paño.
Que quiera bien escucharlos.
Duq. Enrique si ella quisiere
Casar contigo, estimarlo
Es forzoso, y de mi parte
Te la ofrezco.
Viol. ¡ Cielos Santos!
Henriq. Agradezco esta fineza
A tus pies arrodillado.
Vase el Duque
Ya Violante tus rigores
Serán conmigo escusados,
Si fui tu amante infelice,
Seré tu esposo esperado.
Sale Violante
Viol. Sois tan atrevido, Enrique,
Que me pedis a mi hermano,
Sin que en vuestras pretensiones
Ni un rasguño, ni un retrato,
Ni una sombra de favores
Os haya mi gusto dado?
Mas si, que quien no merece,
Es atrevido, y villano,
Y más que de pretendiente
Se atreve de confiado.
Enriq. Señora, mi bien.
Viol. ¿ Qué es esto?
Enrique, cerrad el labio,
Que aunque mujer...
Enriq. Perdón pido,
Señora, de haber hablado;
Pero ved que confianza
Es mayor, que cuando a Carlos
Estiméis, el os desprecia,
E yo, que soy despreciado,
Os estimo; ved agora
Quién es aquí más villano,
Si quién despreciado estima,
Si quién desprecia estimado.
Viol. ¿Qué decís? Yo no os entiendo.
Enriq. Pues sabed que por descanso
De tantos celos el Duque
Of receros quiso a Carlos,
Y él en su amor poco firme
Fué tan necio, y tan ingrato,
Que os dejó por Margarita:
Era amado, no me espanto.
Liberal el Duque entonces
A Margarita le ha dado;
Yo viendo tal ocasión,
Para mi amor desdichado
Ser venturoso le pido.
Viol. No digáis más, bien alcanzo
Su ingratitud, idos fuer.
Enriq. Si sois mi (Dueño adorado.
E justo que os obedezea:
Que como señora, os amo,
El cortejo de obediente
Escalón es para amado.
Vase
Viol Carlos ne quita el sentido,
Enrique dáme cuidado,
El Duque a Enrique me ha dado,
Y Carlos no me ha querido;
Margarita me he fingido,
Y si esto amor me enseñó,
Bastardo arbitrio eligió,
Pues Carlos por fino amante
Ha despreciado a Violante,
Y a. Margarita pidió.
Agora en mi dulce fuego
Es mi desdicha tan dura,
Que me daña la ventura,
Y me desvela el sosiego:
Que si a Carlos mi amor ciego
Grande constancia aconseja,
Tanto de mí más se aleja
Pues en su engaño ofendida,
Quien me pretende, me olvida,
Y quien me busca, me deja.
Sale Carlos
Viol. ¡ Carlos!
Carl. ; Margarita!
Viol. ¿Aun duelos
Duran de torpes engaños?
Carl. No e atreven viles daños
A tan ilustres desvelos:
Si son tempestad los celos,
No los temo en tu arrebol,
Que cuando logro el farol
Hermoso de tu 'beldad,
No temo la tempestad,
Pues siempre me alumbra el Sol.
Pero es tan fino mi amor,
Que antes de amar tu hermosura
Con dos tiempos se asegura
Para su gloria mayor;
En las dichas deste ardor
Imagino que logrado
Tuve siempre mi cuidado,
Porque este gusto contente
No sólo al tiempo presente,
Sino también al pasado.
Cuando el pecho no sosiega
Con llamas de un fuego blando,
Ya te impiezo a estar amando
Para el día que aun no llega;
Y en este amor, que me ciega
Discretamente el penar,
Queriendo el día esperar,
Soy tan fino en el sufrir,
Que antes que logre el vivir,
Ya me anticipo el amar.
Cuando consagro mi fe
A tan soberano bien,
A mí me quiero también,
Porque también acerté :
Y si en este amor me ve
El ciego alado rapaz,
Con otro amor me hallarás,
Y cuando otro amor altero,
Parece que menos quiero,
Sólo porque quiero más..
De suerte que al conocer
Estotra llama amorosa,
Bien puedes estar celosa,
Si ansi me vengo a querer:
En fin si pude emprender
Otro amor en el que sigo,
Extraños celos prosigo,
Pues cuando mequiero ansí,
Si tienes celos de mi,
Te doy los celos conmigo.
Viol. Ya que estás desengañado
De aquella noche tirana,
Dime si el Duque a su hermana
En sacro ñudo te ha dado:
Carl. Agora el Duque engañado
Me ofreció su hermana.
Viol. ¿ Qué
Respondiste? mas ya sé
Que me olvidas, si te amé,
Que con color de prudencia
Una noble conveniencia
Hace villana una fe.
Carl. No tengas vano temor,
Que en tu celoso recelo
No ha de llegar a tu Cielo
De aquese agravio el vapor:
Que aunque en doblado favor
Me diera su Principado,
Nunca la hubiera acetado,
Pues ya logra mi amor tierno
De tu albedrío el gobierno,
De tu hermosura el Estado.
Viol. Con mil engaños. atroces
Teme, Carlos, mi afición
La mentira, y la traición
En tus suspiros, y voces;
No las . creo por veloces,
Y . por liviano ardimiento,
Que aunque éstas, y aquéllos siento,
Dichos de amor, de amor tiros,
Son viento al fin los suspiros,
Al fin las voces son viento.
¿Viste un fuego, que en rigores
Lucidísimos le aclamas
Oro líquido de llamas,
Sierpe trémula de ardores:
Con el leño sus furores
Brotan humo riguroso,
Que provoca a lo lloroso,
De suerte que a un tiempo ha sido
De là llama lo lucido,
Del humo lo tenebroso?
Así pues en tu afición
Tu amor agora se extiende,
Pues como fuego te enciende
EI leño del corazón :
Recea en él mi opinión
Engañosas extrañezas
Pues brota a un tiempo en mis daños
El humo de tus engaños;
El llama de tus finezas.
Carl. Con el mismo ejemplo yo --
Te probaré mi sosiego,
Porque cuando es grande el fuego,
Nunca el humo respiró;.
Así también si abrasó
Con muchas operaciones
Grande amor a mis pasiones,
No se junta en mis lealtades
Con la luz de las verdades
El humo de las traiciones.
Viol. Pues agora por mi mal,
Y porque en mi amor concluya,
No pudo Carlos, ser tuya.
Carl. ¡ Qué digas palabra tal!
Y si ese golpe mortal
De tu voz quiere acabarme,
Es ocioso el maltratarme,
Aunque esgrima maI tan fiero,
Pues cuando de amores muero,
No puede otra vez matarme.
Viol. Soy, 'Carlos, de Enrique agora,
Que el Duque a Enrique me dió :
Viol. El Duque.
Carl. ¿El Duque?
Carl. ¿Quién vió
Tanto mal, que el pecho llora?
Empero advierte, señora,
Que está tu pecho engañado,
Porque el Duque a ti me ha dado,
Y en una palabra noble
No cabe inconstancia doble.
Viol. ¡ Ésto he visto, y he escuchado!
Carl. Vióse mayor liviandad
De un Príncipe soberano,
Que me prometa tu mano
Por gratitud, o piedad,
Y con leve falsedad,
Y poco atento sentido
Hoy a Enrique te ha ofrecido
Después de ofrecerte a mí?
Viol. Tú lo mereces, que aquí
Tú mismo no me has querido.
Enrique sólo me quiere,
Y tú me olvidas ingrato
Sólo porque amores trato.
Carl. ¡Qué esto tu labio profiere!
¿ Yo te olvido? ¡ oh como hiere
El Duque, y tú misma (en esa
Nueva, que tu voz confiesa)
A mi triste corazón,
Tú con ingrata opinión,
Él con liviana promesa!Hoy
al Duque he de quejarme,
Y culpar la sinrazón,
Pues pudo con una acción
Tanto mal ocasionarme ;
Pero si él quiso feriarme
Lo que mi fe pretendió,
¿ Cómo a Enrique lo ofreció ?
Viol. Porque tú me aborreciste.
Carl. Siempre amante, , y siempre triste
El alma mía te amó.
Viol. Aunque, Carlos, me enamoras
Con sobornos de una pena,
Aun la doblez te condena,
Pues sé que a Violante adoras.
Carl. Sólo soy, aunque lo ignoras,
Amante de tu candor,
Que si es Sol, y flecha amor,
Tú sola vienes a ser
El blanco de mi querer,
Y la esfera de mi ardor.
¡ Oh cómo agora me holgara
Cuando el alma más se altera,
Cuando Violante me quisiera,
Porque por ti la dejara,
Si lisonja en ti se hallara;
Porque una Dama procura
Por vanidad o locura
Que por su rostro adorado
Se desprecie otro cuidado,
Y si olvide otra hermosura.
Viol. En fin, Carlos, ¿ qué no quieres
A Violante?
Carl. No me ofendas
Con tus voces.
Viol. No pretendas
Mi amor, si la aborrecieres:
Mas si agora pretendieres
Ser de mis penas amante,
Ser en tu fe más constante,
Pues hoy tu afición te incita,
No quieras a Margarita,
Ama, Carlos, a Violante.
Carl Margarita, si te adoro
Eres perla, con que advierto
Que tiene hallado mi acierto
En tu hermosura un tesoro.
Que quiera a Violante ignoro,
Ni fuera bien el quererla,
Que entonces al escogerla
Era juzgar superior
Su belleza a tu esplendor,
Una Violeta a una Perla.
Viol. ¿ Quiéresme bien?
Carl. El penar
Siempre alimento por ti.
Viol. Pues si nie quieres a mi,
A Violante has de estimar.
Carl. ¡ Qué mal entiendo ese hablar!
Si no quieres ser amada,
Si tu desprecio te agrada:
Pues si aquesto se pondera,
Eres la mujer primera
Que estima ser despreciada.
Viol. Mira este papel dichoso,
Infunde dichas amor, ap.
Que en el papel, ¡ ay honor!
Le confieso que es mi esposo.
Dale el papel, y lee Carlos
Carl. Leo el papel, temeroso,
Breve parece la prosa.
Viol. Es breve, porque es dichosa.
Lee
Carlos querido, Violante
Si fué tanto tiempo amante,
Será mañana tu esposa.
Carl, Rompo el papel.
Viol. Carlos, mira.
Carl. Ya no tengo qué mirar,
Que si fino quiero amar,
Es prudencia lo que es ira.
Rómpelo
Rompo el papel, y me admira
Que en tantas llamas precisas
Con que mi ardor solenizas,
Cuando agora lo rompiese,
Pedazos mi amor lo hiciese,
Y no lo hiciese cenizas
Castigolo, si en lo amable
Me aconseja lo grosero,
Que aun siente el amor sincero
Un consejo de mudable;
Y si el corazón afable
Contra el ansia verdadera
Este papel admitiera
Con villanas falsas artes,
Más que el papel en mil partes,
En mil partes lo rompiera.
Viol ¿En fin quisiste romperlo,
Aunque lo contrario dije?
Carl. El romperlo no me aflige,
Sólo me aflige el leerlo.
Viol. Pues ya que quisiste hacerlo,
Cuando en tus engaños toco,
Quédate ingrato por loco.
Hace que se va, y detiénela
Carl. Oye, espera Margarita.
Viol. ¿Margarita? Más me incita
Tu voz, pues me estima en poco.
¿ Tú te atreves a romper
Lo que Violante te escribe?
Carl. ¡ Qué mal tu pecho recibe
La of renda de mi querer!
Viol. Contigo puedo entender
Que no tendré buena estrella,
Que pues a Violante bella
Desprecias, también te digo
Que, Carlos, harás conmigo
Lo que haces, Carlos, con ela;
Y tanto más se adelanta
Mi opinión establecida,
Cuanto va de preferida
A una vasalla una Inf anta ;
Y deste discurso es tanta
Mi pena, que mis tristezas
Llorarán otras finezas.
Carl. Yo no entiendo tus crueldades,
Pues injurias mis verdades,
Y castigas mis firmezas.
Viol. Carlos, si constantes son
Tus finezas, yo lo pido,
Ama a Violante.
Carl. El sentido
Me roba la confusión.
Viol. No se altere tu pasión,
Que de modo pude hacerme
Su amiga que al ofenderme,
Y también al estimarme
Es el dejarla dejarme,
Es el quererla quererme.
Mañana pues, como digo,
Entre tinieblas vendrás
Al jardín, donde .hallarás
Sola a Violante conmigo.
Carl. Si ella estuviere contigo,
Daré con temor callado,
Y desvelo enamorado,
Entre uno, y otro conceto,
A su luz todo el respeto,
A tu luz todo el agrado.
Viol. Mi pecho al jardín te espera.
Carl. ; Oh que noche venturosa!
Viol. Albricias, alma celosa,
Que es su afición verdadera,
Y tan otra se pondera, ap.
Que cuando su amor le creo, -
Es tan extraño mi enleo,
Que sé con engaño necio
Por la voz de mi desprecio
La constancia de su empleo.
Vase Violante.
Carl, En mis engaños no entiendo
Lo que veo en mis engaños,
Cuando busco desengaños,
Engaños estoy sintiendo;
Si a Margarita pretendo,
Y el Duque a mi me la dió,
Otro empeño siento yo,
Porque mi mal signifique,
Pues ya sé que el Duque a Enrique
Mi Margarita ofreció.
Y después, cuando constante
Quiero sólo a Margarita,
Ella en pesares se excita,
Porque no quiero a Violante;
Y me aconseja inconstante
Que quiera a Violante hermosa,
Y se enoja rigurosa
De que le rompa el papel,
Cuando me promete en él
Que será luego miesposa,
No entiendo la variedad
De Margarita intratable,
Que me aconseja mudable
Un desprecio a su beldad:
Para saber la verdad
Al Duque agora que viene,
Hablar con él me conviene.
Sale el Duque
Duq. ¿ Carlos?
Carl. Señor.
Duq. ¿ Qué tristeza
Tenéis ?
Carl. De vuestra grandeza
Nace al alma el mal que tiene,
Pues cuando tan liberal
Margarita me ofrecisteis,
¿ Cómo, señor, me rompisteis
Vuestra palabra real?
Duq. Carlos, en engaño tal
Sabrás que a Enrique ofrecí
Mi hermana, después que aquí.
Te hablé.
Carl. Qué dices, señor,
Si Margarita a mi amor
Esto me confiesa a mí?
Duq. Ya es mucho mi sufrimiento
Con tus varias pretensiones,
Pues agora en tus pasiones
Me renuevas otro intento;
Si es tan loco tu ardimiento,
Que jugando en tu ventura
Con poco honor, y cordura,
Por Margarita, y mi hermana,
Haces pelota liviana
De tu liviana locura.
De suerte que cuando yo
Por piedad más genorosa
A Margarita amorosa
Mi grandeza te ofreció,
Y aunque mi pecho sintió,
A pesar de mi deseo,
Que es Margarita tu empleo,
Ya te he dado a Margarita;
¿Qué quieres más?
Carl. ¡ Infinita
Es mi pena! ¡ah fuerte enleo!
Duq. ¿ Qué dices? ¿ qué te suspende i
Carl. Ella misma me afirmó,
Que a Enrique la dieras.
Duq. ¿Yo?
El alma tu voz no entiende,
Que en sus mudanzas agora
Tantos engaños ha. hecho.
Carl. En mil congojas el pecho
Tantos enleos ignora.
Duq. Vamos, Carlos, que he de ver,
Si Margarita te adora,
Porque si ella te enamorar
Tuya, Carlos, ha de ser.
Carl. Amor, no sé que he de hacer
En i iquietudes, que has dado
Cuando el sosiego has hallado.
Dime, Amor, ¿cómo en tus flechas
Me aseguras con sospechas,
Me sosiegas con cuidados?
Vanse
Sale Dinero
Din. Dejóme Carlos, aqui
Alma mía discurramos
Un rato sobre mi vida,
Pues tengo vida a lo gato.
Yo soy .criado, esto es mucho,
Carlos ilustre es mi Amo,
Que es un Archicaballero,
Y es un Archimentecato.
Ama sólo a Margarita,
Otro amor ha despreciado,
No quiere amor a lo Turco,
Ama muy a lo Cristiano.
Mas dejando este discurso,
A mi vidilla volvamos;
Cual la salud más perfeta
Con buen humor sirvo a Carlos:
Y de todos sus servientes,
Lindos, morenos, o claros,
Graves, alegres, o bobos,
Yo soy el Archicriado.
Todos a mí me respetan,
Yo dellos soy estimado,
Porque soy el más antiguo
Ladrón de casa, o criado.
A los modernillos, que entrai
Al serviente Noviciado,
Soy Maestro Capuchino,
Y soy Guardián Franciscano.
A las rentas, caserías,
Dineros, quintas; palacios
De Carlos los llamo nuestros,
Y al fin la verdad declaro:
Con privilegios no impresos
De Criado, cuando me armo,
Desafio, quiebro, rompo,
Injurio, acuchillo, y mato.
Ayer con una navaja
Muy sangriento dibujando,
He delineado una frente,
Donde mis iras retrato.
Antaño en cierto bobillo
Fanfarrón de los más altos.
Me guardó los mandamientos
Sin tener rostro a lo santo.
Y si acaso algún Esbirro,
Cuando me encuentra, rondando,
¿Quién va? me dice soberbio,
Yo luego desenbain2ndo
Lo de sirvo a Carlos, él
Con el temor no pensado
Se vuelve como un cordero;
Y en inclinación de urbano,
Haciendo tiros corteses,
Todo se dobla en un arco.
Y si acaso no serviera,
Me aprisionara volando,
Dando a mi cuerpo mil jaques:
¡ Ay del que no sirve a un Carlos!
También si pretendo honores,
Cuantos quiero, los alcanzo,
Y para más merecerlos,
Por mis servicios los gano.
También por me hacer soberbio
Con .grandes señores hablo,
No con los pícaros viles,
Ya poco a poco me hidalgo.
¿Hay más bien, ni más .fortuna,
Que servir? esto es bien claro,
Que si en esta vida siempre
Los hombres han procurado
Los honores, y riquezas,
Quien sirve es rico, es honrado.
De lo honrado ya lo he dicho,
Lariqueza luego aguardo,
Porque Carlos me promete
Un .oficio muy ricazo,
Para que pueda venderlo
Y luego luego embolsarlo.
En conclusión soy dichoso;
Quien no sirve, es mentecato
Ad perpetuam rei memoriam,
Sed libera nos amalo.
Sale Clavela.
Cl. Dinero amigo, ¿ qué quiere,
D. Basilisco azucenado,
De los jardines clavel,
De los corazones clavo,
Clavo dulce cuando formas
Esa armonía de agrados?
Din. Clavela, o vela de amores,
Que estás al alma abrasando,
Y en tu hermosura luciendo,
¿ Quieres amarme?
Cl. Gallardo
Amante, a Celia no quieres?
Din. A Celia quiero ha mil años,
Pero en lo vario del gusto
Mi corazón recreado,
Dejo a la Fénix lo solo,
Tomo a las flores lo vario;
Bien sabes que soy Dinero,
Caballero muy bizarro,
Que trata con mucha gente,
Y por eso es más amado;
Si me quisieres, Clavela,
Por ti pasaré peñascos,
Breñas, montes, serranías,.
Noches, inviernos, atajos
Sepulcros, muertes, infiernos;
Y si encarecerlo trato,
Por ti sufriré, Clavela,
De los pleitos el enfado;
Sufriré la gravedad
De un descortés escribano;
Veré la cara de un rico,
Que se precia de tacaño,
Y presume de muy noble;
Sufriré de un Ministrazo
La vara, cuando se dobla
Al peso de algunos cuartos;
Veré grandes presunciones
De un necio muy confiado;
Sufriré de una ramera
El melindre adoncellado
Hablaré con hombres sordos
Y escucharé versos malos.
Cl. Deja, Dinero, el sermón,
Que en mi elección no me abajo
A lo pícaro de un gusto,
A lo bufón de un agrado.
Din. Espera, miel con chapines,
Aguarda nieve con sayo.
Vase.
Sale Margarita, Celia, y Damas que canten
Cel. Cuando el dolor te condena,
¿ Quieres que canten, señora ?
Marg. Sí : que es suspensión canora
La Música de una pena.
Canten pues, y en el rigor
De tanta tristeza mía
Será néctar la armonía
Cuando veneno el dolor.
Cantan
Si mi pecho os enamora
Ese florido arrebol,
Sois toda en los ojos Sol,
Sois toda en el rostro Aurora.
Ya con vos florecerá,
Como blanca flor, mi fe,
Pues en vos el Sol se ve,
Pues en vos Aurora está.
Cel. Dulce letrilla parece.
Marg. Con Sol, y Aurora es lucida.
Cel. ¿ El canto alivió tu vida?
Marg. Mayor la pena se ofrece:
Que un pecho en pesares, tibio
Vive al bien; y en ansia tal
Cuando halla alivio en el mal,
Le causa mal el alivio.
¡ Ay engaños, ay desvelos,
Ay de amor verdad ingrata! Llora.
Cel. Lluvia de líquida plata
No quieran verter tus Cielos.
Marg. Suele a Sicilia. inundar
Con dos corrientes ameno,
Que una sorve el mar Tirreno,
La otra el Líbico mar,
Un fértil rio; y si alarga
Con cristalino correr
Sus corrientes, viene a ser
Una dulce, y otra amarga.
Así también este río
De lagrimosa pasión
Entre amorosa afición,
Y celoso desvarío,
Vierte agora en mis dolores
Dos corrientes por mis ojos,
Una amarga en mis enojos,
Otra dulce en mis amores.
Cl Ya sabe el Duque, señora,
Para alivio de tus celos,
Que Carlos en sus desvelos
Sólo a Violante enamora.
Y pues esto ya se sabe,
El Duque sabrá tu fe,
Porque dichoso te dé
De su corazón la llave.
Él viene.
Marg. Quiera la suerte
Que succeda el desengaño,
Porque se acabe mi daño,
O ya me acabe la muerte.
Sale el Duque
Duq. ¡ Quién pensara, cruel, que siendo amado
Tu rostro bello de mi fe constante,
Entre las luces de amoroso agrado
Oposieses las sombras de inconstante!
Mas sí : que si el Amor se ha ponderado
Armonía, y tu rostro flor brillante,
Entre armonía, y flor, ¡ oh cómo infiero
La sirena traidora, el áspid fiero!
Cual ave hermosa, que en el verde prado
Siendo Músico amante de unas flores,
Trueca una flecha con el golpe airado,
Quiebras dulces en quiebros gemidores;
Tal a mi corazón, cuando ha volado
Al florido primor de tus candores,
Hiere tu engaño, siendo en vil sospecha
Ave mi corazón, tu engaño flecha.
Cual ciego pez, que 'en la carrera undosa
Entre el anzuelo sagazmente crudo
Le convida la yesca por sabrosa,
Y le mata el anzuelo por agudo;
Ansí mi amor en la pasión llorosa,
Que es agua de los tristes, hallar pudo;
Porque lo dulce, y lo mortal le asista,'
Anzuelo tu traición., yesca tu vista.
Rompa mi pecho la prisión quejosa,
Borre mi pecho tu gentil retrato,
Que agravios quiebran la cadena hermosa,
Que sospechas no vem el lienzo ingrato:
Marchítese el Amor como la rosa,
Viendo el Estío de engañoso trato,
Porque no sienta en mesas de porfia
Manjar mi amor, y tu traición Arpía.
No dijiste.
Dice dentro Violante
Viol. Llega Carlos.
Duq. ¿ Qué es aquesto?
Carl. dentro Gran ventura
Tu belleza me asegura.
Duq. Vive Dios, que he de matarlos.
Carlos con mi hermana agora,
Y cuando yo la ofrecía,
Dijo que no la quería,
Y que a Margarita adora;
En la guerra de un dolor
Doblado siento el disgusto, .
Uno, que conquista el gusto,
Otro, que asalta el honor.
Cuando pues iras me inflama,
Ya dos castigos merece,
- Pues dos agravios nie ofrece
Con la hermana, y con la Dama.
Vase el Duque
Marg. Oye, señor, que tu hermana;
Mas ¡ ay ! que entra riguroso :
¡ Ah lance de honor quej oso !
¡ Ah honra de Amor tirana!
Voy pues su furia impedir,
Si lo puede un L mujer. Éntrase.
Dentro el Duque
Duq. Pues me quisiste ofender
Hoy, Carlos, has de morir.
Sale Carlos huyendo, y el Duque con una
daga, deteniéndole Margarita, y Violante
Viol, Detén, hermano, el valor.
Marg.. Enfrena, señor, el brío.
Viol. ¡ Ah suerte, ah triste albedrío !
Marg. ¡ Ah fortuna, ah crudo amor
Duq. Quítate allá., Circe fiera,
Suelta ya, Medea impía.
Viol. Oye.
Marg. Escucha.
Viol. La voz mía.
Marg. Mi disculpa.
Duq. Carlos muera.
Viol. Mátame aquí.
Marg. Dame muerte.
Viol. Si eres sordo.
Marg. Si no escuchas.
Viol. Mucho honor.
Marg. Verdades muchas.
Viol. En respetarte.
Marg. En quererte.
Viol. Ve.
Marg. Mira.
Viol. Mi honor.
Marg. Mi fe.
Viol. Esto te pido.
Marg. Esto ruega.
Duq. A ambas. Dice pues, acaba luego.
Viol. Ya digo.
Marg Vo lo diré.
Viol. Yo con Carlos hasta aquí
Por Margarita le amé,
Y en la verdad de una fe
Estos engaños fingí ;
Encubrió mi pecho doble
Con el disfraz engañoso
El semblante de amoroso
Por el decoro de noble,
Y para mi desempeño
A Margarita pedí
Que le escribiese por mí
De aquel papel el empeño.
Ya Carlos es mi marido,
Pues a Violante le diste.
Duq. Carlos, ¿qué ansí te atreviste?
Carl. Es amor, perdón te pido.
Y agora desengañado
De tus celos, y los míos,
Cesarán mis desvaríos,
Y tu amor será logrado.
Aquí salen todos, y el Duque
Enbaina la daga
Duq. Da pues la mano a Violante, Carlos.
Carl. A tus pies prostrado
Tendré de esposo el cuidado
Entre el cariño de amante.
Danse las manos
Marg. Ésta es mi mano, señor.
Din. Tenemos más casamientos,
Que junten otros jumentos
De otras manos el rigor.
Yo no me quiero casar
Con Celia, th con Clavela,
Y si el casar me desvela,
Es sólo para enviudar.
Cel. Es pícaro tu desprecio.
Cl. Eres necio.
Din. No.
Ambas ¿ Por qué ?
Din. El que Dinero se ve
Nunca fué pícaro, y necio.
Señores, esto es mal fiero,
La Comedia se acabó ;
Todo mi ser perdí yo,.
Pues dejé de ser Dinero.
Mis ` señores, mis amigos,
En esta Comedia veo,
Según el título leo,
Los tres del alma enemigos;
Si en comparaciones hablo,
Amor en la came fundo,
Engaños son todo el Mundo.
Y los celos son el Diablo.
LAUS DEO
Núcleo de Pesquisas em Informática, Literatura e Lingüística